Nos referimos, como todos saben, a la intervención policiaca y militar en el albergue de “La Gran Familia”, que durante cuatro décadas capitaneó la mítica “Mamá Rosa”, quien fue enviada a un hospital en calidad de detenida y posteriormente liberada a causa de su avanzada edad y porque era imposible procesarla debido a su senilidad.
Pero más allá de los excesos que mostraron las instituciones del Estado mexicano –militares y Policía Federal- y de las reprobables condiciones en que se encontraban los niños y jóvenes enclaustrados en dicho albergue, lo cierto es que el saldo final se ha convertido en uno de los más escandalosos tropiezos del gobierno de Enrique Peña Nieto. ¿Por qué razón?
1.- Porque quedó en evidencia que –igual que en el gobierno de Felipe Calderón y en la gestión de Genaro García Luna-, el de Enrique Peña Nieto es un gobierno que gusta de los montajes mediáticos para llamar la atención.
2.- Porque es evidente que para intervenir en el asilo de “Mamá Rosa” y para “rescatar” a los asilados, no se requería de la movilización policiaca y militar que, convirtió el hecho en una escenografía más espectacular que la captura de muchos de los peligrosos criminales, que han sido detenidos en Michoacán.
3.- Porque es evidente que detrás de ese operativo, o del espectáculo para rescatar a los niños del albergue, existió una intención política. ¿Cuál? La de hacer ver el rescate como una gran acción justiciera del gobierno de Peña Nieto.
4.- Porque si hoy el gobierno federal exonera a la capitana del albergue, con el argumento de que “Mamá Rosa” tiene problemas de demencia senil, queda claro que no hacía falta movilizar a un ejército para someter a una anciana, octogenaria y senil, y a su “piquete” de colaboradores.
5.- Porque luego de las severas críticas que ha recibido la excesiva acción policiaca y militar en el albergue de “Mamá Rosa”, también quedó exhibido que el gobierno de Enrique Peña Nieto es incapaz de atender de manera correcta un problema que no es de policías o militares; que tampoco es de albergues y menos del secuestro de niños que son tratados como una mercancía.
En el fondo, el problema es que los niños de la calle, los niños abandonados, los niños olvidados, los niños mal tratados, los niños dejados en albergues o rechazados por sus padres, son los niños producto de la pobreza, de la desesperanza, de la falta de oportunidades, del desempleo, del fracaso de las políticas públicas para atender a un sector que, nos guste o no, hoy está abandonado.
El problema va más allá del circo mediático y de los abusos que cometían los leales a “Mamá Rosa”, el problema es el fracaso de las políticas públicas para la atención a los menores, para combatir la pobreza y para abatir la desigualdad. Al Tiempo.