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Mal cálculo político en SEP

La imposición de la Reforma Educativa tiene un saldo de 9 muertes en Nochixtlán, Oaxaca.

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Escrito en OPINIÓN el

Un par de semanas antes de que se presentara la violencia en Nochixtlán, Oaxaca, el discurso del titular de la Secretaría de Educación (SEP), Aurelio Nuño, llamaba a los maestros en un tono amenazante a someterse a las disposiciones de la SEP, como patrón laboral.

 

En principio tiene razón. Al final la SEP es el patrón de los maestros en el país, pero los modos no dejan de ser los modos y parece que ninguno de sus asesores le dijo a Nuño que en Chiapas, Oaxaca y Guerrero prevalecían condiciones políticas, económicas y sociales distintas a las del resto del país o de alguna universidad privada.

 

En un ejercicio básico de conocimiento, lo ideal hubiera sido que los asesores de Nuño se dirigieran al CISEN o a la Policía Federal y como institución encargada de la política educativa de Estado, pedir el análisis del estado en que se encuentran política y socialmente, cada uno de las entidades federativas así como en su conjunto.

 

Seguramente del análisis recibido hubieran deducido de la presencia, en unos estados más y en otro menos, de guerrilla, caciques y narcotráfico, cuyas circunstancias sumadas a la corrupción política, han hecho una combinación delicada de frentes de crisis para los gobiernos de esos estados. Quizás una retrospectiva histórica hubiera sido suficiente para comprender que las condiciones políticas y de rezago económicas y sociales estaban en su punto, para conjugar esfuerzos que capitalizaron grupos afines, que no todos obedecen, a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

 

Pero no. Prevalecieron amenazas públicas de despidos, de negación al diálogo con quien no reconozca la reforma educativa, descuentos económicos por faltas injustificadas, cárcel a sus dirigentes y otras medidas de apremio de la autoridad lo que provocó un nuevo frente de crisis en el Gobierno Federal.

 

No parece una reforma educativa, porque más que cambiar formas, estructuras o sistemas de la educación, omitieron modificar los contenidos de los programas de estudio de primaria, de tal forma que los menores siguen sin estudiar el periodo histórico de la conquista y la colonia en el virreinato. Sólo se modificaron condiciones de permanencia laboral a los maestros.

 

De un día para otro la SEP eliminó trescientos años de la vida de México para pasar desapercibidos.

 

Hoy, a una semana de los enfrentamientos en Oaxaca que causaron la muerte de nueve personas, destrozos en los bienes, saqueos, acusaciones mutuas y cierre de carreteras que ha provocado desabasto en la población, el interés real del Gobierno Federal es por realizar un control de daños ante la opinión pública para que no trascienda una vez más, el prestigio de violador de derechos humanos que tiene México.

 

Esta triste reputación ha sido ganada por desencuentros de la autoridad con el estado de derecho, en el que los protocolos, manuales operativos de seguridad o la doctrina de seguridad pública, de procuración e impartición de justicia, no pueden convivir en este país con los derechos humanos, en una extraña relación de víctima – delincuente, en cuyo justo medio se encuentra la corrupción, como elemento cohesionador de estas conductas, en quien el gobierno como entidad parece resistirse a combatirlo, por su tibieza de respuesta ante los distintos casos denunciados de corrupción en distintos niveles de los tres órdenes de gobierno.

 

Así lo señalan organismos internacionales de derechos humanos, pero mientras tanto, estos frentes de crisis del gobierno federal se convierten en la fortaleza de la oposición con miras a las elecciones del 2018.

 

Que nadie se diga sorprendido.

 

@racevesj 

@OpinionLSR