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Maestra de la estafa

Para la Fiscalía, Robles sí tuvo pleno conocimiento de las presuntas irregularidades que afectaron la hacienda pública. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Rosario Robles Berlanga, ex secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), se encuentra en una encrucijada: o acepta que el expresidente de México, Enrique Peña Nieto sabía de la “estafa maestra” o admite que fue ella ideóloga y "maestra de la estafa" de los cinco mil millones de pesos que se hicieron humo en su gestión en temas sociales.

Parecieran que todos los caminos conducen a EPN quien goza de las mieles del placer y el descanso. Pero sus vacaciones podrían truncarse si Robles lo echa de cabeza en el marco de las investigaciones que realiza la Fiscalía General de la República (FGR).

La FGR tiene pruebas documentales que la “maestra” sabía de las irregularidades en SEDESOL y en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) pero se desconoce aún en este esquema de extracción de dinero si el entonces gobernante Enrique Peña Nieto estaba al tanto y si llevó su mochada.

A estas alturas todo es posible. Lo que habrá que ver es si resiste la presión Doña Rosario Robles y se inmola aceptando su responsabilidad sin manchar a EPN, o decide vender a este en un contexto difícil y en extremo complicado que desencadenaría con su encarcelamiento.

Robles realizó un ejercicio indebido del servicio público con base en el artículo 214 del Código Penal Federal que advierte omisión al no informar a su superior jerárquico, en este caso al presidente Enrique Peña Nieto, de las irregularidades cometidas en esas secretarías.

Los exfuncionarios de ambas dependencias, José Antolino Orozco y María del Carmen Gutiérrez, revelaron a la FGR que sí enteraron a Robles de las irregularidades, pues le advirtieron de éstas tanto de forma verbal como escrita desde 2014 y hasta 2018.

“No administró con transparencia y honradez los recursos de SEDESOL y SEDATU”, acusó el Ministerio Público durante la audiencia del último jueves, pero el abogado de Robles, Julio Hernández Barros, calificó de “deslealtad procesal” que la Fiscalía entregara el registro de un testimonio recabado el 14 de mayo sin darlo a conocer a la defensa en su momento.

En su oportunidad, el exauditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal, tuvo reuniones con Robles a quien informó de las irregularidades encontradas en las dependencias y le entregó los pliegos de observaciones emitidas por la ASF en 2014 y 2018.

La hoy considerada, por la FGR, maestra de la estafa, Rosario

Robles se desempeñó como Secretaria de Desarrollo Social desde diciembre de 2012 a agosto de 2015.

Después fue Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, en donde permaneció hasta el final del sexenio anterior, en 2018. Incluso se llegó a mencionar, en determinado momento que podría suceder en el cargo como candidata del PRI a Enrique Peña Nieto.

Robles cometió un error de novatos: no vigilar la correcta aplicación de los recursos públicos y asegurar su eficacia y su eficiencia, como lo establece el artículo 134 de la Constitución.

En el marco de las investigaciones se ha detectado que en el ejercicio de Robles en SEDESOL y SEDATU se erogaron millonarias cantidades de dinero para supuestos 27 convenios con la Universidad Autónoma de Morelos; la Politécnica Francisco I. Madero; la Politécnica de Quintana Roo; la Politécnica de Chiapas; Televisora de Hermosillo; Radio y Televisión de Hidalgo, y el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social.

Pero ¡Oh!, sorpresa, los convenios no se cumplieron y de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General de la República no existen documentos que prueben los servicios contratados por las universidades.

Para la Fiscalía, Robles sí “tuvo pleno conocimiento de las presuntas irregularidades que representaron una grave afectación económica a la hacienda pública”.

El delito por el que se le investiga es “ejercicio indebido de la función pública” y deberá responder por todo el entramado sobre la denominada “estafa maestra” pues ella era la responsable política de ambas dependencias.

En una oficina establecida en la exclusiva zona de Polanco, Emilio Zebadúa González, hombre de las confianzas de Robles, operó la “estafa Maestra” y desvíos de recursos públicos de otros programas sociales de la SEDESOL y SEDATU, como la Cruzada Nacional Contra el Hambre.

Desde la oficina establecida en la calle Tennyson 12, en Polanco se digitó el desvío de unos cinco mil millones de pesos. Obvio que todo con anuencia de su jefa.

Hoy las declaraciones de José Antolino Orozco Martínez, quien fuera el responsable de la Dirección General de Geoestadística y Padrones de Beneficiarios de la SEDESOL y del jefe de la Unidad de Políticas, Planeación y Enlace Institucional de la SEDATU, hunden a Robles.

Orozco Martínez reveló que en octubre de 2018 tuvo una reunión en el despacho de Robles en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano a quien informó que desconocía los documentos en los que aparecía su firma y que formaban parte de convenios con universidades públicas para diversas prestaciones de servicios.

En respuesta, Robles le comentó que viera ese tema con el Oficial Mayor Zebadúa quien, a su vez, le aseguró que “no se preocupara y que todo estaba arreglado”.

Por lo pronto, Robles Berlanga atraviesa una crisis sin precedentes luego de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda congelara sus cuentas bancarias.

También están bloqueadas las cuentas de Emilio Zebadúa, ex oficial mayor también en SEDESOL y SEDATU y mano derecha de Rosario Robles quien empezará a decir prontos sus verdades.

¿Cuándo comenzará a cantar la Maestra de la estafa?

Si lo hace, la suerte de Peña Nieto estará echada.