Main logo

El madruguete maquiavélico del PRI

Ochoa Reza lanzó la carnada en el momento exacto y gran parte de los habitantes de la Ciudad de México y de este país, pico el anzuelo

Por
Escrito en OPINIÓN el

En medio de la sorpresa y la zozobra luego del sismo del pasado 19 de septiembre, Ochoa Reza, dirigente priista, salió a proponer que los partidos políticos, debían dar en “donación”, los recursos públicos que recibirán para sus respectivas campañas electorales del próximo año.

Por su puesto, la propuesta lanzada en el momento adecuado, causó el furor y aceptación generalizada que se esperaba. La sociedad en su conjunto, vio con agrado, lo que en principio, parecía una iniciativa desinteresada del maquiavélico Enrique Ochoa Reza, quien logró convencer a las audiencias de que su propuesta era legítima.

La iniciativa tomó por sorpresa al resto de los dirigentes partidistas que de a poco, en una primera instancia, cayeron en la sugestiva idea de seguir los pasos del líder priista. Sugerencia que por más que algunos columnistas y conductores de radio se empeñen en negar, lleva desde el principio un tufo político que solo los necios se empeñan en negar.

No olvidemos que estamos a poco más de diez meses de las elecciones para elegir presidente y que los partidos comenzaron sus campañas desde hace cuatro meses cuando menos. En otras palabras, el PRI fue el primero en politizar la tragedia del pasado 19 de septiembre, sólo que lo hizo bajo una astuta jugada que puso, por el momento, de rodillas a sus adversarios políticos.

¿Dónde está la jugada?

De todos es sabido que en, la democracia mexicana, quien no es escuchado, no existe. Es decir, que los candidatos y partidos con escasos recursos financieros para sus campañas, generalmente desaparecen de la contienda electoral. En otras palabras, Ochoa Reza busca debilitar a sus adversarios políticos con su propuesta de “donación” y la dedicatoria tiene como objetivo la contienda electoral de 2018.

La maniobra priista limitaría los recursos para las campañas políticas del resto de los partidos, pues aunque el PRI también renunciaría a una parte del financiamiento público, no olvidemos que durante las elecciones pasadas para gobernador en el Estado de México, este partido rebasó por mucho sus gastos de campaña y, sin el menor pudor, consolidó su “triunfo” envuelto en un halo de impunidad que no le impidió llegar a su objetivo de ganar los comicios en esa entidad.

Y es que no es que, en lo particular, me niegue a que los partidos cedan parte del financiamiento público que reciben para sus campañas, por supuesto que no, es la perversa intención de Ochoa Reza, pues su propuesta es vaga si la revisamos con cuidado. Es decir, pide que la “donación” sea un porcentaje fijo de los recursos asignados, pero qué sucedería si esa porción fuera proporcional al monto que reciben cada uno de los partidos.

Es decir, el PRI que es el partido del gobierno y quien más recursos recibe, debería donar mucho más que una cuota fija y los partidos que menos reciben, en lugar de ceder esa cuota fija, lo hagan en la proporción de lo que se les asigna de acuerdo con la ley electoral.

La ventaja del PRI, si así le podemos llamar, es que las prácticas electorales de ese partido, generalmente están señaladas por todo tipo de fraudes electorales y en el escenario actual, bien se podrían echar a andar todo tipo de argucias para cimentar uno más, práctica a la que debemos decir, nos tienen acostumbrados este y otros partidos políticos y que tanto nos han agobiado.

Y eso es exactamente lo que está haciendo el dirigente priista, comenzar a inclinar la balanza a su favor, pues cualquiera de los partidos o dirigentes contrincantes que se nieguen o cuestionen la propuesta tan llana de Ochoa Reza, podría ser sujeto de linchamiento por parte de la opinión pública y los medios de comunicación que ven en esta propuesta, “un verdadero acto de solidaridad”.

El dolor y la impotencia derivados del terremoto del pasado 19 de septiembre, se han conjugado con el hartazgo que tiene la ciudadanía para con los partidos políticos, esto ha dado pie al reclamo para que la ciudadanía les exija que devuelvan parte de los recursos que les son otorgados para su financiamiento electoral.

Sin embargo, esa población que hoy reclama entusiastamente en redes sociales y en las distintas plataformas de comunicación que se devuelvan los recursos otorgados a los partidos políticos, no deben olvidar que hasta hace poco tiempo, muchos de ellos han criticado al gobierno actual durante cinco años. En pocas palabras, apoyar la propuesta de Ochoa Reza, es apoyar las prácticas priistas.

Debilitar a los partidos financieramente, daría manga ancha al PRI para cimentar un nuevo fraude electoral pues no debemos olvidar que también este partido junto con acción nacional, reciben los mayores financiamientos por parte de la iniciativa privada y en muchas ocasiones, reciben recursos de grupos cuya procedencia se desconoce y no son auditables.

Menos dinero para el resto de los partidos, significa hacer una campaña limitada que condiciona su accionar para llegar al mayor número de municipios posibles y para tener una presencia significativa en radio, televisión y medios impresos y digitales, lo que bien podría condicionar los resultados de las elecciones.

Ochoa Reza lanzó la carnada en el momento exacto y gran parte de los habitantes de la Ciudad de México y de este país, pico el anzuelo. Ahora, el PRI lleva la batuta en esta jugada maquiavélica impulsada por el líder priista que de prosperar, nos vaticina una intensa lucha electoral de la que apenas vemos el comienzo.

@ijm14@OpinionLSR | @lasillarota