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Los verdaderos ganadores de la intercampaña

Estas elecciones se pueden definir por el voto duro de los partidos políticos y no de los candidatos.

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Escrito en OPINIÓN el

Como parte del periodo de la preparación de la elección, recién el pasado 18 de febrero concluyeron las precampañas tanto a nivel federal como en el caso de la Ciudad de México. Después del periodo de precampañas, algunos partidos políticos ya tienen definidos a sus candidatos a los diversos cargos de elección popular, mientras que en otros institutos políticos continúan abiertos los procesos de selección interna. La verdad sea dicha de paso, hasta ahora nada es seguro, ya que antes del registro formal de candidatos ante la autoridad electoral, muchas cosas pueden pasar que podrían alterar la conformación inicial de la lista de candidatos.

 

Para empezar, los aspirantes tendrán que acreditar que cumplen con los requisitos de ley para poder ser registrados como candidatos oficialmente. Por otra parte, las autoridades electorales federales y locales tendrán que pronunciarse en algunos casos, sobre posibles irregularidades relacionadas con el rebase de topes de gastos de precampaña, y las denuncias por actos anticipados de precampaña y campaña; y finalmente el hecho de que al interior de cada partido político siempre espera un caballo negro su turno para salir a la carrera.

 

Mientras todo esto sucede, a partir del 19 de febrero inició una etapa más del proceso electoral conocida como intercampaña que durará hasta al día previo al inicio de las campañas electorales. Durante este periodo está prohibido el llamado al voto, el proselitismo a favor o en contra de alguna persona, y en general la publicidad que promocione la imagen y aspiraciones de un candidato. La lógica general que siguen las prohibiciones legales es evitar que algún candidato adelante su promoción y tenga una ventaja indebida respecto de los demás.

 

Previo a la reforma electoral del año pasado, esta etapa del proceso se caracterizaba por mensajes del entonces IFE en radio y televisión respecto de información general del proceso electoral.

 

Después de la reforma, este largo periodo seguirá incluyendo mensajes de las autoridades electorales, y una batería considerable de spots de partidos políticos, que promocionarán su oferta política durante 45 días para el caso federal, y 79 días en el Distrito Federal, sin poder hacer mención expresa de algún candidato.

 

Originalmente el Instituto Nacional Electoral dispuso que los tiempos en radio y televisión para partidos políticos, equivalentes a 24 minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión se distribuyeran de manera similar a como sucede en la precampaña y la campaña. Es decir, del total de los minutos disponibles un 30% se repartiría igualitariamente entre los 10 partidos políticos, y un 70% del total, se asignaría en función de los porcentajes de votación obtenidos por estas fuerzas políticas en el proceso electoral inmediato anterior. 

 

Sin embargo, en noviembre del año pasado, la Sala Superior del Tribunal Electoral resolvió un juicio en el que determinó modificar la asignación de tiempos realizada por el INE entre todos los partidos políticos. En particular, el Tribunal estimó que la etapa de intercampaña al no formar parte de la precampaña ni de la campaña, se regía por el principio de igualdad de tiempo, y no por el sistema de distribución del setenta y treinta por ciento.

 

Derivado de la resolución del Tribunal Electoral, usted y yo estaremos viendo y escuchando durante 79 días una cantidad considerable de spots de todos los partidos políticos por igual. Esto representa una oportunidad única para los partidos políticos de nueva creación que en otros procesos electorales no han gozado de dicha prerrogativa en tan generosos términos, y una inequidad mayúscula para los candidatos independientes que durante este periodo no pueden acceder a la radio ni a la televisión.

 

Más aún, si consideramos los estudios sobre comportamiento electoral, en los que se coincide en señalar que en las elecciones intermedias se vota más por el partido político que por el candidato, y que tradicionalmente las votaciones que se obtienen, tienden a ubicarse 15 o 20 puntos por debajo de la votación de las presidenciales.

 

Si tomamos en consideración todos estos factores, y la posibilidad de un alto abstencionismo dado las condiciones de desencanto ciudadano, y las dificultades que enfrentan las autoridades electorales al aplicar la reciente reforma electoral, entonces podemos anticipar que estas elecciones se pueden definir por el voto duro de los partidos políticos y no de los candidatos.

 

En ese sentido, la temporada de spots de los partidos políticos puede influir de manera decisiva en el porcentaje de población indecisa que acuda en junio a las urnas, y por supuesto en los resultados electorales. Un buen ejemplo del poder del spot y la propaganda política es el asombroso crecimiento que ha tenido el PVEM en las últimas semanas, como consecuencia de la campaña publicitaria que ha desplegado en revistas, transporte público, cines, radio y televisión y hasta en el papel de las tortillas.

 

Las etapas del proceso electoral y los resultados de la jornada electoral son equivalentes a la preparación de cualquier pastel; se agregan los ingredientes conforme a la receta, y de la calidad y buen estado de éstos dependerá el sabor y la consistencia del pastel. Sin duda alguna, en este periodo de intercampaña los ganadores indiscutibles son los partidos políticos, y ello nos hace pensar que los resultados de la jornada electoral pueden tener un fuerte sabor y consistencia partidaria.

 

@pacozorrilla