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Los silencios por la represión a estudiantes normalistas en Chiapas y Puebla

La represión que han sufrido estudiantes normalistas en tiempos recientes es simplemente indignante. | Cuitlahuac Alfonso Galaviz Miranda*

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Escrito en OPINIÓN el

El 18 de mayo del presente año, estudiantes de la Normal Rural de Mactumactzá en Chiapas tomaron una caseta de cobro como parte de sus exigencias para que el examen de admisión a la escuela no fuera realizado por medios digitales. La petición tenía una racionalidad clara: la mayoría de los interesados en ingresar a la normal proviene de comunidades rurales, alejadas de los centros urbanos y con acceso a internet limitado; en algunos casos, inexistente.

Con todo, la respuesta del gobierno estatal encabezado por Rutilio Escandón fue desproporcionada: “la policía detuvo a 74 mujeres y 19 hombres a quienes se les han imputado los delitos de motín, pandillerismo, robo con violencia y ataques a las vías de comunicación”1. Las mujeres detenidas denunciaron abusos sexuales por parte de la policía: las desnudaron y les hicieron tocamientos inapropiados2. La mayoría de las y los encarcelados ya está libre, pero algunos aún tienen procesos judiciales pendientes.

Asimismo, el martes primero de junio, estudiantes de la Normal Rural Carmen Serdán se plantaron frente a la Secretaría de gobernación del estado de Puebla. Exigían “que no se disminuya el cupo de ingreso, el mantenimiento de raciones alimenticias, la culminación de obras de infraestructura y ampliación de la escuela y el esclarecimiento de la muerte de dos de sus compañeras. Además, se solidarizaron con los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, en el estado de Chiapas, después de la represión que sufrieron”3. La respuesta del gobierno de Miguel Barbosa fue el desalojo violento del plantón, golpes, gases lacrimógenos y detenciones arbitrarias.

La represión que han sufrido estudiantes normalistas en tiempos recientes es simplemente indignante. Sin embargo, estos hechos no han tenido suficiente difusión, no al nivel que amerita la violencia estatal ejercida. Incluso, en algunos sectores ha habido simplemente silencio, como si no hubiera pasado nada; por lo menos, nada importante. 

De grupos de derecha, no extraña mucho. Sin negar que son diversos y complejos, me parece que –en general– es coherente con su pensamiento que crean que tales represiones son justificadas. Para los liberales, la libertad de manifestación es importante, pero el respeto por el orden institucional lo es más y, ciertamente, las y los estudiantes normalistas suelen plantear sus demandas sin tomar en cuenta los mecanismos de la democracia liberal para canalizar los conflictos4.

Desde mi perspectiva, donde más se extraña el apoyo a las y los normalistas reprimidos es en los actores políticos de izquierda que optaron por el silencio. Los medios de comunicación oficialistas del nuevo régimen (por ejemplo, El Soberano, Notimex, Sonora Inclusiva, entre otros) no difundieron noticias u opiniones sobre las represiones; seguramente porque ello no concuerda con su postura idealizada según la cual los gobiernos de Morena no reprimen protestas sociales (tanto Chiapas como Puebla son gobernados por dicho partido político). Regeneración, que a mi parecer también es un medio oficialista de la llamada cuarta transformación, sí difundió noticias al respecto, también hay que reconocerlo.

La violencia estatal contra normalistas tampoco fue repudiada por muchos simpatizantes del nuevo gobierno. La razón debe ser que, según su punto de vista, esto “daña” políticamente el proyecto encabezado por López Obrador. Desde luego, llama la atención que algunos de ellos sí se indignaron ante otras represiones a estudiantes normalistas (cuando no gobernaba Morena). Su racionalidad, me parece, los llevó a poner sus simpatías con la cuarta transformación por encima de sus principios en contra de la represión a las protestas.

Quienes justifican u obvian las represiones siempre tienen una racionalidad detrás (ya sea que crean que los manifestantes son “flojos” que deberían estar trabajando, personas que “quieren todo gratis” o que con sus acciones “perjudican los gobiernos”); a mi parecer, hay que combatir este tipo de discursos, con todo y que provengan de personas que en otros aspectos pueden ser muy presentables. Si hay que elegir entre la defensa del gobierno o la de manifestantes con demandas justas, ya sabemos lo que la moralidad de izquierda nos exige: estar del lado de los segundos. De hecho, así se puede impulsar que, dentro de las distintas disputas al interior de los gobiernos de Morena, los valores de izquierda se vuelvan hegemónicos.

Entiendo que Morena se guíe por un pragmatismo cuyo objetivo es ganar elecciones. Sin embargo, también creo que tal pragmatismo debe tener límites: cuando se interponga con prácticas de izquierda (por ejemplo, el apoyo a las manifestaciones que tienen demandas legítimas), el pragmatismo electoral debe ser dejado de lado.

Los estudiantes de normales rurales tienen una larga y muy rica historia de protestas sociales. Para ellos, la situación no ha cambiado sustancialmente a raíz del triunfo electoral de López Obrador. Tales escuelas se siguen enfrentando a constantes políticas públicas que ponen en riesgo su existencia misma. Los gobiernos estatales les piden que enfoquen sus demandas por los “canales institucionales” mientras que, al mismo tiempo, les reducen sus presupuestos drásticamente. Por ello, las exigencias de los estudiantes me parecen justas; nuestra solidaridad, necesaria.

1. Fuente: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/05/23/politica/mactumactza-en-la-mira-tanalis-padilla/ 

2.  Fuente: https://aristeguinoticias.com/2405/mexico/estudiantes-denuncian-tocamientos-y-abusos-sexuales-durante-detencion-en-manifestacion-pedro-pedro-faro-enterate/ 

3.  Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/393918-represion-puebla-tension-estudiantes-normalistas-autoridades 

4.  Dejo apuntado que, aunque no se desarrolle en estas líneas, sería interesante debatir la efectividad de tales mecanismos.

*Cuitlahuac Alfonso Galaviz Miranda

Doctorante en Estudios del Desarrollo. Problemas y perspectivas latinoamericanas por el Instituto Mora. Maestro en Sociología política por la misma institución y Licenciado en Historia por la Universidad de Sonora. Mis artículos han aparecido en BiCentenario, El Universal, Cuadernos Fronterizos, Revista Común, La Silla Rota, Regeneración, entre otros medios.