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Los problemas del Presidente

El verdadero reto que enfrentará la administración de Trump es la pérdida de liderazgo global.

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Escrito en OPINIÓN el

El jueves de la semana pasada se llevó a cabo la comparecencia del ex director del FBI James Comey ante el Congreso en los Estados Unidos. Debemos recordar que, como parte del proceso de investigación sobre el alegato que Donald Trump pudo haber cometido el delito de “obstrucción de la justicia”, el Poder Legislativo tiene facultades de investigación. En este caso, se constituye en “Ministerio Público” y puede iniciar algún tipo de acción legal contra las personas que decide investigar (en caso de tener elementos para ello). Cuando los funcionarios testifican ante el Congreso, lo hacen “bajo juramento”, es decir, como si estuvieran en algún juzgado; si mienten en su testimonio cometen “perjury” (en inglés) y eso constituye también un delito.

La relevancia de la aparición y comparecencia de Comey ante el Senado no fue poca cosa. Ni más ni menos que detalló detenidamente cómo fue que Trump le “insinuó” que hiciera desaparecer la investigación contra el ex Consejero de Seguridad Nacional, el General Flynn. Si bien el delito de “obstrucción de la justicia” es muy complicado de probar puesto que requiere “intención” (es decir, que Trump no haya solamente cometido la falta sino que lo hicieran con la intención de obstruir la investigación) ciertamente el tema le pone una presión adicional bastante compleja.

No sabemos si finalmente lograrán configurar el delito y probar que Trump quería obstruir a la justicia (como digo, es difícil de demostrar y ahora alegan que es una falta de pericia sin mala intención); pero lo que sí sabemos es que esto prácticamente ha derrumbado todas las posibilidades de avanzar la agenda política - y especialmente la legislativa - para los republicanos. La falta de legitimidad y el descrédito de la administración de Donald Trump, empezando por él mismo, le seguirán el resto del tiempo que sea presidente (mucho o poco), puesto que este tema está destinado a no morir rápidamente.

Desde mi punto de vista, el verdadero reto que enfrentará la administración de Trump es la pérdida de liderazgo global. El acuerdo de París es demasiado importante para el mundo para pasar por alto la salida abrupta de una potencia como Estados Unidos debido a un capricho de su presidente. Los países de Europa (como Alemania o Francia) se encuentran no solamente decepcionados, sino en franca campaña en contra de la decisión de Trump de retirarse del pacto. Este hecho marcará el momento en que los Estados Unidos decidieron ceder el liderazgo global a alguien más. Sin embargo parecen no darse cuenta en Washington (especialmente los republicanos) del enorme daño que se están causando a sí mismos. En lugar de poder avanzar su agenda doméstica y global, tienen que lidiar con Trump y su perniciosa conducta. ¿De qué sirve entonces tener el poder si no son capaces de ejercerlo? ¿Para qué quieren una mayoría en el Congreso si lo único que han logrado hacer es resolverle la plana al Presidente? ¿Dónde quedó la reforma al sistema de salud, y la reforma hacendaria?

Quizá en el año 2018, cuando haya elecciones legislativas, los republicanos pierdan su mayoría en el Congreso y decidan hacer algo con Trump (como correrlo, por ejemplo, como represalia por el descrédito y la derrota electoral). Pero en este supuesto lejano, si es que decidieran hacerlo, correrían el riesgo que el daño fuese muy severo para ese momento. Los liderazgos y las agendas tardan mucho tiempo y esfuerzo en construirse; pero se pueden perder y derrumbar en un instante. Ese es exactamente el dilema que tiene el Partido Republicano: controlar ilusoriamente a Trump para seguir ejerciendo un poder desacreditado, a cambio de ceder el liderazgo global a otras potencias; o bien, corregir el rumbo de inmediato. Si los congresistas y senadores republicanos pudieran darse cuenta de esto y de lo mucho que les costará a ellos y su país en el largo (y no tan largo) plazo, ya habrían hecho algo al respecto. 

@fedeling