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Los precandidatos de la Asamblea

Cinco son los precandidatos que en el partido oficial se atribuyen condiciones reales para velar armas durante la Asamblea

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Escrito en OPINIÓN el

Cinco son las mesas de trabajo para la Asamblea Nacional del PRI que serán desarrolladas miércoles y jueves de esta semana en la antesala del pleno que el sábado 12 deberá tomar decisiones sobre la sucesión presidencial del 2018, que ya está a la vista. 

Cinco son los precandidatos que en el partido oficial se atribuyen condiciones reales para velar armas durante la asamblea e impulsar su causa en todos los espacios que logren conquistar, en orden alfabético: Manlio Fabio Beltrones, José Antonio Meade, José Narro, Aurelio Nuño y Miguel Ángel Osorio Chong

Son ya desde ahora múltiples los reclamos que surgirán durante los trabajos. Muchas de estas demandas, a decir de los enterados, tendrán detrás nombre y apellidos de uno o más de los aspirantes a la postulación para relevar como huésped de Los Pinos al presidente Peña Nieto. 

Aurelio Nuño es ubicado en los pasillos del PRI como el aspirante más cercano a los afectos presidenciales. Y contra él van algunas sugerencias que, democráticas o no, parecen perseguir que el ex jefe de la Oficina de la Presidencia y actual secretario de Educación vea derrumbarse sus intenciones. 

Entre otras, son misiles contra Nuño la exigencia de que no puede ser candidato aquel que no haya tenido en su carrera política un cargo de elección popular. O aquella presentada por Ivonne Ortega, ex gobernadora se Yucatán, que llama a eliminar de la convocatoria el requisito de contar con el apoyo de al menos uno de los tres grandes sectores del partido –popular, obrero y campesino. Esto último supone quitar una aduana virtualmente imposible de franquear para aquel que no cuente con la bendición de la alta cúpula de la organización, sobre la que reina Los Pinos cuando es ocupado por un priísta.

Nuño fue mencionado en junio  2016 como posible sucesor de Manlio Fabio Beltrones en la presidencia del PRI. El solo rumor provocó una reunión interna en la que varios jerarcas, preocupados, se preguntaron si no tendrían que falsificarle una credencial de militante pues no parecía haber registro de su inscripción como miembro del partido. En julio siguiente el designado fue finalmente Enrique Ochoa, quien contra viento y marea sigue al frente de la organización.  

La bala de plata con la que un sector clave del PRI busca eliminar de la carrera a Nuño pondría también en serio predicamento a José Antonio Meade –sin duda una de las mentes más lúcidas en el servicio público-, quien tiene el récord de haber sido designado cinco veces secretario de Estado desde 2011, con dos ingresos a hacienda, una de las dos más importantes del gabinete junto con gobernación.

El bloqueo para aquellos que no ostenten en su historia cargos de elección popular –una piedra con la que el PRI ya se tropezó antes- afectaría también a un distinguido priista, el doctor José Narro, ex rector de la UNAM y actual Secretario de Salud, quien incluso ha presidido la Fundación Colosio del Institucional. 

De esta suerte, sólo quedarían en la lista dos aspirantes que singularmente no están siendo mencionados como los que encabezan el pelotón actualmente: Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación y Manlio Fabio Beltrones, quien ha ostentado muchísimos cargos pero ahora es el político desempleado más poderoso del país.

El citado dirigente nacional Enrique Ochoa ha declarado públicamente que la postulación presidencial puede recaer incluso en algún personaje que ni siquiera sea militante del partido, lo que genera urticaria en más de un sector del oficialismo, pero encarta sin duda a Nuño y a Meade.

Como es conocido, miércoles y jueves serán celebradas en sendos estados las mesas para debatir temas individuales: Estatutos; Declaración de Principios; Plan de Acción.  A esas tres mesas tradicionales se sumarán dos: Visión de futuro y Rendición de cuentas y ética.   

Lo que parece estar avanzando en las discusiones preliminares como una tentación cada vez más irresistible es la idea de que la postulación sea producto de una variante de consulta popular, lo que ya está previsto entre las diferentes alternativas existentes en los estatutos. Si ello no supone un montaje teatral, el recurso puede tener un potencial transformador interesante para la vida del priismo.

De cómo evolucionen las discusiones y acuerdos dependerá la lectura que el proceso le merezca al PRI por parte del país. Si estaremos frente a una nueva simulación de cambio, o si cuando nos despertemos, el dinosaurio haya empezado transformarse.

robertorock@hotmail.com