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Los partidos: ¿(Des)gobierno de sí, gobierno de otros?

Las causas y los problemas no son solamente de los partidos, son también nuestros problemas.

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Escrito en OPINIÓN el

Con las últimas lecciones de Foucault en el Colegio de Francia se integró uno de sus últimos libros: El gobierno de sí y de los otros, cuya edición en español la publica el Fondo de Cultura Económica (2009). Se trata de una reflexión filosófica que destaca la importancia de la parrhesía, decir la verdad, hablar franco, y su relación con la política.

 

Que el INE haya tenido que hacerse cargo de las elecciones internas del PRD, que el PAN sea el partido que tiene el mayor porcentaje de juicios ante los tribunales electorales por conflictos internos, son datos que diagnostican la capacidad de gobierno de sí. En ambos casos, se está ante organizadores, árbitros, decisores externos, necesarios ante las insuficiencias de los mecanismos internos de autodeterminación. El foco para la crítica podría ser la incapacidad en el liderazgo, los intereses de los grupos, la desconfianza al interior, etcétera. El juicio más inmediato podría expresarse así: Si los partidos son incapaces de gobernarse a sí mismo, ¿cómo gobernar a los demás?

 

Si los partidos políticos se explican como asociaciones de ciudadanos que, en principio, expresan orgánicamente alguna ideología o modos de concepciones del mundo y hechos  para organizar la acción política para el poder y el gobierno. Que tengan problemas, en ciertos casos severos problemas, para dirimir sus conflictos internos y su autogobierno tiene una relación directa en sus capacidades para  ganar elecciones y gobernar.

 

Que hay factores atribuibles a los partidos es indiscutible; sin embargo, las causas y los problemas no son solamente de ellos, son también nuestros problemas. El sistema electoral se ha construido también para propiciar tales consecuencias y crear relaciones donde las patologías de los partidos las son también sociales.

 

La lectura de las sentencias de los tribunales electorales da cuenta de cómo cuando se trata de conflictos intrapartidarios se les trata como si fuesen conflictos propios de relaciones de derecho público. Cada vez más se traslada la explicación  hecha para relaciones autoridad/gobernado a la relación órganos de partidos/militancia. Competencia de órganos, debido proceso, desaplicación de normas partidarias por ser inconstitucionales o inconvencionales, etcétera.

 

La idea de que había que propiciar un régimen de fortalecimiento de los partidos condujo a crear un contexto en el que las prerrogativas dadas a los partidos, los convirtió en objetivos de conquista en sí mismos y no solamente como instrumentos para lograr el poder político. El excesivo financiamiento público, el acceso privilegiado a medio, la protección frente a la competencia e inclusive de la crítica, formaron un apetitoso y protegido espacio de acción para la clase política y, dentro de ella, para sus élites.

 

Ese espacio de acción política y con un extraordinario atractivo económico, de excesivas prerrogativas y pocas responsabilidades, es ya parte de la organización del Estado. Las decisiones públicas sobre cómo organizar sus presupuestos, o los tiempos oficiales a medios, tienen al llegar a las prerrogativas, reglas inamovibles. El presupuesto para obra pública o para educación tiene mayor posibilidad de ser modificado que aquel destinado a los partidos políticos, por ejemplo.

 

El propio régimen  electoral propicia contextos en el que el tratamiento de los conflictos o los comportamientos ilícitos no cuestan o cuestan poco: la organización de elecciones internas, los costos del litigio, las sanciones económicas, se trasladan a los contribuyentes.

 

En el pensamiento de Foucault, la filosofía como el terreno del pensamiento en el que el hablar franco tenía su sitio, tiene también una función como el discurso en el que podían también destacarse los méritos de la democracia a partir de la reflexión en y para los sujetos. Los problemas del PAN o del PRD no son solamente los problemas de los partidos. La imbricación que estos tienen en la estructura pública debería llevarnos a reflexionar en un sistema electoral que tiene los resultados que se merece.

 

@jrxopa