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Los IMEnitas

El pasado miércoles 28 de mayo se llevó a cabo la reunión regional del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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Escrito en OPINIÓN el

El IME, como se le conoce al instituto por sus siglas, representa uno de los esfuerzos mejor estructurados y sistematizados en Estados Unidos para unificar a la comunidad de mexicanos, todos aquellos que vivimos en el exterior. En esta ocasión, en la reunión regional que se celebró en la ciudad de Washington D.C. también participaron los consulados de Boston, Nueva York y Filadelfia. No obstante, el Consejo Consultivo del IME y la comunidad de aquellos a quienes agrupa no es una estructura dependiente del Servicio Exterior Mexicano; vaya, los consejeros no son exclusivamente funcionarios públicos, sino miembros de la comunidad de mexicanos que radican fuera de la Patria.

En ese sentido me parece importante resaltar la labor que se lleva a cabo en este tipo de órganos, porque tiene que ver con la vinculación social que los consulados realizan; en términos oficiales se le conoce como “asuntos comunitarios”. Y esto es importante, porque en el Distrito de Columbia, al ser la capital de los Estados Unidos, es fácil confundirse por la labor que se hace desde la Embajada. En términos simples y llanos, la Embajada de México en Washington representa al país frente a la autoridad federal, y la Sección Consular de la Embajada (conocido comúnmente como “Consulado”) representa a los intereses de los que somos nacionales de México frente a las autoridades locales. Como es bien sabido, hay más de 50 consulados de México en todo Estados Unidos y en Londres hay también una “Sección Consular” que funciona de la misma manera que en Washington.

Pues para no hacer el cuento demasiado largo, debo admitir que a un año y medio de mi llegada a la capital estadounidense sigo todavía aprendiendo cómo funciona la vinculación comunitaria y en qué consiste la labor de los “cónsules comunitarios” (aquellas personas adscritas al consulado que se encargan de dichos asuntos). No es una estructura fácil, y además, los temas que los consulados tienen que tratar son absolutamente diversos. Platicando un poco más con los encargados de la Sección Consular en Washington, me contaron que son solamente pocos los temas en que de manera transversal, se le da servicio en general a los mexicanos, sin distinción de condición legal, socioeconómica o de cualquier circunstancia. Y dichos servicios son: expedición de pasaportes, matrículas consulares, poderes públicos, entre otros. Y abundan un poco más, pues me dicen que es difícil atender y brindar los servicios que requiere un científico con doctorado de la Universidad Johns Hopkins que un trabajador temporal que muchas veces no tiene documentos para laborar. Es decir, en materia de protección consular, de la ventanilla de salud, de alfabetización u otros, la demanda es totalmente diversa. Por tal razón la labor de los consulados está desbordada – lo que parece natural ante la cantidad de mexicanos que actualmente residimos fuera del país – y por ende, se tienen que encontrar nuevos mecanismos de colaboración social.

Ante ello, y expresado durante la reunión regional del IME, me llama la atención el cariño con el que sus directivos se refieren a él. Se autoproclaman como “IMEnitas”, haciendo alusión a su filiación profesional asignada dentro de la Cancillería. En ese sentido, el IME constituye – desde mi punto de vista – un esfuerzo loable de construir tejido social inclusive en donde pareciera inexistente, desconectado y poco articulado.

Por último, y como para concluir algunas cosas, desde mi punto de vista personal, descubro que hay varios retos por venir, pero uno de los que me llaman más la atención es la implementación de la credencialización del Instituto Nacional Electoral para los mexicanos que no tienen dicho documento y que viven fuera de México. Es un tema complejo porque está contenido en el proyecto de la reforma política y cuya instrumentación causará un gran revuelo entre los expertos, analistas y los políticos. En ese orden de ideas resulta relevante puntualizar que la red de consulados de México en el exterior es la única estructura sólida y confiable del país sobre la cual se podría armar una estrategia de credencialización; las suspicacias mexicanas dirán que no es posible poner este trabajo en manos de una institución que depende del Poder Ejecutivo Federal en última instancia. En resumidas cuentas, el tema es por demás difícil.

Como se puede ver, la labor que hacen los consulados y secciones consulares de México en el exterior es loable. Lo que hace el IME y sus funcionarios también lo es. Quiero extender mi reconocimiento público porque he podido ver de primera mano este trabajo. Ojalá que estos esfuerzos comunitarios también fueran fácilmente replicables dentro de nuestras propias fronteras, pero siempre es más fácil ser un buen ciudadano mexicano cuando no se vive en México. Es triste, pero es real, pero allí está también la clave de una ruta de éxito.

@fedeling