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Los abogados deben saber negociar

Por: Miguel Carbonell.

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Escrito en OPINIÓN el

Mientras estudiaba en la Facultad de Derecho de la UNAM escuché a muchos de mis profesores repetir una y otra vez que lo que hacían los abogados (los abogados de verdad, decían) era litigar: Patrocinar asuntos ante los tribunales, promover cuanto recurso tuvieran a su alcance, luchar en la defensa de los intereses de sus clientes, ganar los pleitos en los tribunales, etcétera, etcétera.

 

Se trata de lo que podríamos llamar “el paradigma litigioso” que concibe como única solución posible para cualquier problema social la de someterlo al conocimiento de un juez, a fin de que se lleve a cabo un proceso que terminará con el dictado de una sentencia y decidirá a cuál de las partes le asiste la razón.

 

La mayor parte de los abogados que conozco trabajan asumiendo ese paradigma. El problema que existe es que no se consideran los enormes costos de tiempo y dinero que supone llevar cada problema –grande o pequeño- ante un tribunal. Los abogados no siempre están conscientes de que en muchos casos lo mejor para sus clientes es llegar a una solución rápida y eficaz para el problema que tienen, en vez de verse implicados en largos e improductivos pleitos judiciales.

 

Necesitamos desarrollar una cultura de la negociación entre los abogados, que evite que muchos asuntos tengan como única solución la vía judicial. De hecho, la Constitución ordena en el artículo 17 que existan leyes que contemplen mecanismos alternativos de solución de controversias, de forma que muchos asuntos se puedan resolver a través de la mediación, la conciliación, el arbitraje y otros medios que puedan ser más baratos y eficaces que un proceso judicial.

 

Incluso en materia penal ya existe una Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, la cual se aplicará a un número enorme de asuntos penales (se calcula que menos del 10% de las investigaciones lleguen finalmente a juicio, de modo que un 90% se va a resolver mediante la aplicación de la Ley de Mecanismos Alternativos).

 

Todos los delitos no violentos y los de carácter culposo (en lo que no exista dolo) pueden ser resueltos sin que se deba desahogar un juicio penal. La solución a un enorme número de asuntos penales, en la que siempre se debe asegurar que se le repare el daño a la víctima u ofendido, podrá lograrse en pocos días o semanas, a diferencia de los varios meses que requiere el desahogo de un juicio.

 

Ahora bien, el problema de fondo que van a enfrentar los abogados en este nuevo tipo de enfoques profesionales es su falta de conocimiento de las técnicas de negociación. En la mayor parte de escuelas y facultades del país no solamente no se les enseña a los alumnos a negociar, sino que la idea misma de la “negociación” se ve como perniciosa, ya que se le suele asociar con actos de corrupción.

 

Lo que necesitamos es, por tanto, que los abogados aprendan que conviene mucho más a los intereses de sus clientes llegar a soluciones negociadas y que adquieran las capacidades para poder desarrollar de forma adecuada una negociación.

 

La negociación es el nuevo gran paradigma para llegar a solucionar los problemas más importantes de las sociedades y de las personas en el siglo XXI. En ámbitos tan diferentes como la familia, el trabajo, la política y las relaciones diplomáticas, la negociación es la forma principal a la que se acude para tomar buenas decisiones.

 

Saber negociar es algo que a los abogados nos ayuda en el plano profesional y en el plano personal. Una buena negociación y el resultado que obtengamos de ella, puede llegar a definir nuestra vida. Ningún abogado debería olvidarlo, en beneficio propio y de los intereses de sus clientes.

 

@MiguelCarbonell