Si perdemos las batallas próximas e inmediatas con los populistas, es posible que la guerra esté ya decidida y terminada demasiado pronto.
Yascha Mounk
La presidencia de la República ha resultado bastante creativa para poder llevar la atención a tonterías que resultan hasta simpáticas, mientras en los rubros serios; aquellos donde deberíamos estar atentos, se van perdiendo entre la avalancha de noticias que se generan y si no desaparecen, al menos pierden el foco de la atención.
Lo superfluo:
· El avión presidencial, su rifa y todo lo que está alrededor del tema (incluyendo los 2,000 millones); esto es pura tontería que además suena más a fraude o a chiste que a algo serio.
· Cualquier lloriqueo o culpa al pasado… si Peña Nieto o Calderón o quien sea, cometieron una irregularidad ojalá los metan a la cárcel y que sea rápido, porque la gente al votar por López Obrador eso es precisamente lo que esperaba y lo único que se ha visto es que ha salido más gente de la cárcel de la que ha entrado.
· Vulgaridades y declaraciones que llevan a campañas (bastante simpáticas) de memes con apodos como “el cacas” o con la familia completa del presidente.
· Los puentes… reverenda tarugada para distraer porque si los quitan terminaría como antes que en lugar de ser un “puente” de viernes a domingo, sería uno de viernes a miércoles.
Lo que sí es peligroso:
· El INE. Este año se renuevan 4 de los 11 consejeros del INE y si Morena sigue el modus operandi que utilizaron para imponer a una dirigente de su partido en la CNDH o a personas no calificadas en el CRE puede ser el fin de la democracia…
· El financiamiento a los partidos políticos. Este tema resulta muy popular porque efectivamente se han visto excesos en el pasado, pero el problema ahora es mucho más complejo que el rubro monetario. Se han eliminado contrapesos poco a poco y eso es la instauración de un autoritarismo; así se ha hecho en todos los países donde se ha dado y mientras los cuidamos ven con simpatía que les quiten dinero a los políticos el objetivo real es macabro…
· La cooptación de los medios de comunicación. Han cambiado comunicadores, han ahorcado a medios que no les son afines, han salido del país periodistas de prestigio, están posicionando payasos aplaudidores del régimen, tienen ejércitos de bots para atacar cualquier opinión que no les parezca en redes.
· El desmantelamiento de los órganos autónomos como el de regulación energética o el de evaluación de la educación y la “autocensura” que se genera a partir de las medidas que han tomado contra medios e instancias independientes. Cuando un gobierno autoritario empieza a consolidarse no sólo existe el problema de la censura, sino que a partir de la censura se genera miedo e inicia la autocensura para evitar “problemas”.
Lo más importante ante la amenaza populista y autoritaria es cuidar los contrapesos; los partidos políticos, los medios, los órganos autónomos, la división de poderes y las libertades… habrá quien diga que es paranoia pero los primeros síntomas ya son una realidad.