Main logo

Lo que nos depara el metaverso: potencialidades y amenazas*

Se requieren esfuerzos en varios ámbitos a fin de crear alianzas que permitan un metaverso abierto, plural y seguro. | Mauricio Bastién**

Por
Escrito en OPINIÓN el

Con un par de lentes una persona se puede teletransportar a un universo digital completamente diseñado para ella e interactuar con personas y lugares de su elección. Esto sería como estar en la Ciudad de México y gracias a esta tecnología poder ir a una reunión con amigos en una nave en el espacio. Al menos, con algo similar fue como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, presentó su idea de metaverso en un video hace unos meses. Pero, qué riesgos y amenazas presenta esta innovación. Desde el programa Foretell de la Universidad de Georgetown se han organizado una serie de diálogos para hablar sobre seguridad y tecnologías emergentes. En el último evento Juan Luis Conde presentó justamente uno sobre el metaverso.

La idea de un metaverso no es nueva, el término fue acuñado en 1992 por el autor estadounidense de ciencia ficción Neal Stephenson al publicar su novela “Snow Crash”, en la que la empresa Global Multimedia Protocol Group es la dueña del metaverso en el que interactúan los avatars humanos, que de acuerdo con la calidad de conectividad a la que tienen acceso en el mundo real, es la calidad de definición de su avatar. 

Esta predicción realizada en un libro impreso en papel, hace treinta años, cada vez parece más cercana y se han hecho intentos de volverla realidad en videojuegos como Second Life y presentado en películas como Ready Player One. Hoy día ya se habla sobre sus potencialidades, como por ejemplo: el poder adquirir bienes raíces en el metaverso a través de empresas como Metaverse Property; en temas de mercados laborales creando empleos y aumentando la productividad de las empresas; o en el área publicitaria, como lo ha hecho la compañía de cerveza Budweiser con su nueva presentación Budverse, con un precio entre $10,000 y $20,000 pesos. 

Pero, por otro lado, también nos presenta otros riesgos más allá de los de los ya clásicos en la ciberseguridad como los hackeos o el ransomware (extorsiones virtuales). En el metaverso se desarrollarán amenazas a la salud física y mental de las personas. Se habla del desarrollo de drogas digitales como las que se distribuyen en internet que alteran las ondas cerebrales produciendo estado de éxtasis, produciendo efectos similares a los de las drogas tradicionales, como la cocaína o la marihuana. De igual forma está la aparición de desórdenes mentales de adicción al metaverso, que no solo tendría repercusiones mentales como depresión, sino también físicas como obesidad, así como pasa con los videojuegos.

De igual forma, estaría el riesgo de robo de identidad a los usuarios, que se podría evitar a través de la implementación de mecanismos de verificación de usuarios en varios pasos. Asimismo, se podrían extrapolar los grupos de extremismo violento, terrorismo y puede servir como un canal de comunicación, tanto para reclutar, como para difundir sus ideas. Otro punto importante será el de posibles delitos financieros en los que seguramente se usen criptomonedas. 

Afortunadamente no todo es un escenario negativo, ya que se han hecho propuestas de cómo enfrentar estas amenazas. Por ejemplo, el tener una policía dentro del metaverso. Aunque claro, qué tanto se quiere que una policía controlada por los gobiernos pueda monitorear las actividades de los usuarios en el metaverso, cuáles serán los límites entre la privacidad y la seguridad. Este tipo de actividades por parte de la policía en mundos digitales en los que interactúan usuarios ya se ha dado. Recientemente, la Guardia Nacional de México anunció una operación en contra de actividades de reclutamiento de menores de edad usando videojuegos. De igual manera, las regulaciones se pueden dar a través de acuerdos internacionales o presencia de gobiernos en el metaverso, tal y como lo anunció recientemente Barbados; el país caribeño presentó su embajada virtual dentro del metaverso de la plataforma Decentraland, lo que puede desencadenar una nueva ola de diplomacia digital. 

En suma, se observan varios riesgos, pero posiblemente los beneficios sean mayores que las amenazas. Por ello, se requieren esfuerzos en varios ámbitos y con la colaboración de varios sectores desde los gobiernos hasta el sector privado, a fin de crear alianzas que permitan un metaverso abierto, plural y seguro.

*El autor agradece el apoyo para la elaboración de esta columna a Salma Trueba.

**Gustavo Mauricio Bastién Olvera es experto en temas de seguridad y tecnología. Actualmente se desempeña como coordinador de grupo en el programa Foretell del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown. Ha sido profesor de la maestría de Cooperación Internacional del Instituto Mora, así como de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de la Policía Nacional de Honduras, actualmente es profesor de Temas y Problemas Globales en el Centro de Investigación y Docencia Económicas. Fue premio de la juventud 2015 de la Ciudad de México. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM y maestro en Derecho Internacional Público por la Universidad de Leiden.