Los que redoblaron esfuerzos para arrancar 2018 con el pie derecho, son los accionistas y directivos de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), a fin de arrancar operaciones formales en el primer trimestre del siguiente año.
En este momento, hay extenuantes reuniones con empresarios y con los potenciales nuevos emisores de BIVA.
Incluso, hace unos días anunciaron una asociación con FTSE Russell para crear nuevos índices en México, lo que permitiría crear una familia de indicadores, que, según ellos, representarían de mejor manera al mercado de valores nacional.
El problema es que no todos comparten esa opinión y varios analistas consideran que una nueva familia generaría confusión en el público inversionista, además aseguran que estos no necesariamente atraerían a más empresas al mercado bursátil.
BIVA operará con la plataforma tecnológica del Nasdaq y desde el primer día, todos los valores cotizarán en las dos bolsas, lo que se conoce como fungibilidad. Otra característica será que las actuales emisoras solo tendrán que estar listadas en una de las dos bolsas, por lo que podrán escoger qué oferta de listado les es más atractiva.
No hay que olvidar que en agosto pasado, Central de Corretajes (CENCOR) recibió por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) la concesión para organizar y operar la segunda bolsa de valores que operará en el país.
Desde octubre de 2015, CENCOR llevó a cabo las gestiones necesarias para obtener la concesión, lo que obligó a la SHCP y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a realizar las reformas necesarias para adecuar y modernizar el marco regulatorio del mercado de valores.
Es una realidad que las principales economías del mundo cuentan con una importante competencia entre bolsa de valores, lo que incentiva la generación de mejores productos y un mayor crecimiento en sus mercados.
Sin embargo, México es un caso diferente, ya que una de las principales preocupaciones de las autoridades, analistas y empresarios es la poca profundidad del mercado de valores nacional, ya que el tamaño de la economía no corresponde con el número de emisoras, de ahí que se exploran distintas alternativas para fomentar el avance del mercado bursátil.
En la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que preside Jaime Ruiz Sacristán y que dirige José Oriol hay contacto permanente con las autoridades financieras para que no exista ningún problema tecnológico durante el arranque de BIVA.
Nos cuentan que al interior de la BMV están muy activos buscando emisores para el mercado de deuda y platicando con representantes de las diferentes cúpulas del sector privado del país, a fin de convencerlos y explicarles los beneficios de listarse en el mercado de valores.
Lo que pretenden es captar a nuevos intermediarios como Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), a más bancos pequeños o de nicho, así como a empresas medianas y grandes de todos los sectores.
Así las cosas…