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Libertades

Libertad es el tema central en EU en teoría, pero en la práctica la seguridad ocupa lugar más preeminente.

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Escrito en OPINIÓN el

El año 2014 prácticamente ha cerrado su paso y se ha ido. Como siempre, parece increíble que han transcurrido prácticamente los 365 días desde que inició, y ahora está por concluir. En este año hubo sucesos importantes, pero quisiera comenzar por traer a colación el tema de las libertades. Para entender a Washington y a los Estados Unidos, hay que entender primero el concepto de libertad.

 

No pienso escribir una larga tesis sobre el concepto y la definición de libertad, porque no es el motivo de este artículo – y mucho menos el sentido narrativo de esta columna que se llama “Desde Washington” – sino más bien, tengo la idea de proveer de contexto para entender mejor algunas cosas. Vamos a empezar: todos hemos visto en las películas de acción, de drama o inclusive de ciencia ficción, que cuando hacen alusión al presidente de los Estados Unidos se refieren a él como el “líder del mundo libre” (“leader of the free world”) y utilizan estos adjetivos como sinónimo a su cargo. Desde cierto punto de vista, me parece un tanto “poética” la definición (y quizá exagerada), pero eso tampoco es motivo de este artículo.

 

¿Qué es lo que queremos entender con esto? Que para los estadunidenses las cosas son blancas o negras: mundo libre o mundo no libre. Libertad o esclavitud. En este tema, para ellos, prácticamente no hay puntos intermedios. ¿Y en qué sentido entienden la libertad en Estados Unidos? Me parece que lo hacen desde un punto de vista bastante simple, y está circunscrito a la libertad política y económica; en la cual entienden a la primera como la democracia, y a la segunda, como capitalismo. En otras palabras, estamos hablando de “democracia liberal”, es decir, un gobierno acotado por las libertades (de expresión, de asociación, de prensa, religiosa, etcétera) y una economía de mercado donde la competencia libre sea el eje rector.

 

La semana pasada escribí de los contrastes de la Guerra Fría y de cómo el mundo estaba dividido en dos: occidente y oriente; capitalismo versus comunismo; Estados Unidos contra la Unión Soviética. Este antagonismo es precisamente el tipo de concepto de libertad que se entiende en el vecino país del norte. Ahora bien, una vez delimitado y simplificado el concepto de libertad del que hablan, es más fácil entender que este es uno de sus tesoros más preciados, se jactan y enorgullecen de ello y por eso a su Presidente le llaman con pompa y circunstancia: líder del mundo libre; no hay – para ellos – otro país igual de libre en estos términos. Inclusive, en varios discursos políticos y entre los propios estadunidenses, existe la creencia que todos aquellos militares que combaten en el mundo, lo hacen para que la libertad no retroceda y para que Estados Unidos siga enarbolando su sentido de la supremacía en los términos de la libertad.

 

Pues bien, en este sentido, el año 2014 cierra con un fenómeno por demás interesante: el caso de la película de comedia sobre el dictador de Corea del Norte, el posterior retiro de la misma de las salas de cine y el escándalo sobre la censura autoimpuesta. Como bien lo dijo el Presidente Obama, resultó inaceptable que un dictador del otro lado del mundo, imponga la censura en territorio de los Estados Unidos. Y esto les duele aún más porque el país que se dice “líder del mundo libre” es víctima de censura impuesta por ellos mismos, por temor. Así de importante fue el evento. Todo esto lo digo para dimensionar la escala y magnitud del problema. Aunque la Constitución de los Estados Unidos protege la libertad por encima de cualquier otra cosa, la dinámica geopolítica del terrorismo parece no estar respetando la libertad de la gente. Con este gran problema a cuestas, Obama inicia el próximo año 2015, mismo que marca la cuesta final de su presidencia.

 

Mientras restablece relaciones diplomáticas con Cuba, se abren frentes innecesarios con Corea del Norte.

 

Pero el tema de las libertades y su importancia me recuerda los enormes retos a que se enfrenta la administración actual también: por ejemplo, el tema migratorio, en donde la libertad no es el eje rector de las políticas en este asunto, sino que más bien es el tema de la seguridad. No es cosa menor. Y así sucesivamente. Lo que trato de decir es que la libertad (y la no libertad) es el tema central de los Estados Unidos, en teoría, pero en la práctica, la seguridad ocupa un lugar mucho más preeminente que cualquier libertad, y la preeminencia de la primera sobre la segunda es evidente.

 

¿Cómo se resuelve el problema de la libertad de expresión en Estados Unidos, impuesto desde lejos por un dictador del otro lado del mundo? Temo que el problema no es de libertades, sino de política exterior estadunidense, en este caso concreto.

 

@fedeling