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Lecciones para recordar

México tiene que aprender a reaccionar mejor y más rápido.

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Escrito en OPINIÓN el

Las convenciones de los partidos políticos en Estados Unidos se acercan rápidamente y a toda velocidad. Sabemos que las nominaciones son el siguiente paso antes que los candidatos elegidos se enfrenten en la elección general. ¿Quiénes serán ellos? Es prácticamente un hecho que será Donald Trump por parte de los republicanos, y Hillary Clinton por parte de los demócratas; aunque debemos mencionar que Bernie Sanders –sin precedentes– está a punto de arrebatarle la candidatura a Clinton. Si esto sucede de esa manera, lo más probable (según opinólogos) –a su vez– es que Hillary Clinton ganase la presidencia de los Estados Unidos.

 

En lo personal no estoy tan convencido de ello, puesto que cada vez que alguien ha predicho el inminente desplome de Trump, lo único que hace es subir más y más en las encuestas. Pero más allá de todo, México tiene importantes lecciones que aprender y recordar para las próximas ocasiones, derivado de esto. Veamos:

 

En primer lugar, México tiene que aprender a reaccionar con más asertividad. Es claro que la respuesta oficial de nuestro país tardó mucho en llegar. Nunca hubo un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades mexicanas hasta muy tarde. Y luego sobrevino el cambio de embajador como parte de una realineación estratégica de las fichas de México frente a un escenario que se antoja sumamente complejo y adverso para nosotros.

 

La lección que tenemos que recordar es la de responder con prontitud y cuando todavía se puede. Si dejamos que las cosas crezcan demasiado, cada vez será más difícil cambiar la percepción que se tiene de nosotros. Añadiría yo en este punto que esta lección no solamente se aplica a la política exterior, sino también a la interior. Nuestro país y su gobierno también se ha tardado –en diferentes ocasiones– en responder a otros temas que han demandado respuesta, o bien, no ha llegado aún. La moraleja es la misma: en la política y en la esfera pública nunca habrá vacíos de poder o de información, siempre habrá alguien que los llene, y más vale ser nosotros mismos los que hagamos la tarea.

 

La segunda lección que debemos recordar es que la comunidad de mexicanos en Estados Unidos no está debidamente organizada. Esto no se debe a una respuesta institucional del gobierno, sino más bien a una apatía que suele caracterizarnos a los mexicanos y que se refleja en diversos ámbitos. En este caso, fuera de las fronteras nacionales pero por lo general, la sociedad civil de México se encuentra en ciernes. No estamos ejerciendo nuestro poder ciudadano y estamos desperdiciando el enorme potencial que tenemos, ya sea por desidia, por indiferencia, o porque sencillamente no tenemos un espíritu colaborativo. Pero tal y como dijimos en el punto anterior: también en términos de sociedad civil, aquellos espacios que no sean ocupados por nosotros, alguien más los ocupará.

 

Y en tercer lugar, la lección que debemos aprender es la de la humildad, para saber reconocer cuándo nos equivocamos y subestimamos a quienes no debimos. Donald Trump no ha dejado de subir en las encuestas y en los sondeos de opinión. Las personas siguen creyendo que representa una de las opciones más viables para gobernar a los Estados Unidos. Si la gran mayoría de estadunidenses piensa así, entonces tal vez realmente merezcan que eso les suceda. Ya cometimos el error de subestimar a Trump antes, por lo que debemos aprender la lección antes que sea demasiado tarde.

 

En resumidas cuentas, el ascenso de Trump refleja una tendencia autoritaria en Estados Unidos que ha cobrado fuerza últimamente, y que por ende nos afectará en el corto y mediano plazo. Si bien la figura de la presidencia del vecino país del norte no cuenta con tanto poder como en México, y los pesos y contrapesos institucionales (me refiero al Congreso específicamente) hacen su trabajo como debe ser, no deberíamos tener tanto miedo; no obstante, en cualquier escenario no podemos confiarnos. La pregunta es ahora: desde mi punto de vista personal hay posibilidades altas que Trump gane la presidencia.

 

Ante tal escenario, ¿los mexicanos estamos preparados? Si aprendimos la lección desde ahora, tenemos que estarnos preocupando ya por tener un plan de contingencia inmediato, porque de otra manera quizá sea demasiado tarde. No tropecemos dos veces con la misma piedra.

 

@fedeling

@OpinionLSR