Parece una broma de mal gusto pero…
¿Por qué en México no podemos tener buenas carreteras y calles limpias?
Nuestras ciudades están oscuras, nuestra policía es para temer, el ejército, otrora orgullo nacional infunde muchas veces miedo en quienes ven las torretas por las calles, se espera la violencia, la calma es chicha.
¿Acaso no hay dinero en México?
Creo que si hay y mucho, sin embargo la corrupción alcanza niveles extraordinarios y la riqueza no se traduce en mejores servicios o mejoras en la calidad de vida, somos el país del mejoral.
Mejoralito para el hambre, mejoralito para la sed, mejoralito para el alma y mejoralito para el amor.
Panaceas van y vienen en un país que rápidamente olvida sus tragedias, un hospital sufre la explosión de gas que mata inocentes y pasarán también años para castigar a los culpables.
Tal vez México sea un país tan creyente en diferentes religiones porque se ha perdido la capacidad de creer en la ética o la justicia, no se diga en la Ley.
Se dice que México es un país que ríe de sus tragedias pero este mismo hecho es la culminación misma de la tragedia, aquí se abre la herida y rápido se hace costra, luego… luego se olvida.
México es varios países en uno, el de los políticos y los pobres pero ya no hay pobres políticos ni políticos con compromiso, o al menos eso parece. Aquí lloramos todos, como cantaba Milanés en la carta de un hombre preso que mira a su hijo.
Es triste
…y desolador,
…y a veces incomoda, aprieta, pega, azota y se enmudece.
Aquí lloramos todos.
Con los escándalos de los tristes tipos que dirigen los destinos de tantos y tantos municipios en la más completa opacidad, con las órdenes de matar y acallar las voces de periodistas indignados hasta el cansancio, hasta desaparecer, con cada indígena que suplica por una limosna en la calle, por cada ignorante que discrimina, por cada hombre y mujer que simula para sobrevivir, por cada estudiante que enmascarado en la protesta deja de estudiar.
Aquí lloramos todos.
¿Acaso no es producto nuestra propia tragedia lo que nos pasa como si esto fuera parte de un diabólico círculo maligno ocasionado por nosotros?
Un serie de eventos desafortunados, un burócrata crudo que llegó tarde al trabajo y que autorizó la entrada de un nuevo proveedor que no cumplía las reglas mínimas para serlo, un corrupto funcionario que, endeudado hasta los dientes empezó a robar hace mucho y planea solucionar sus problemas financieros con sus nuevos amigos empresarios, un director de una institución de gobierno que cobra cuotas para que su jefe pueda tener recursos para su campaña, somos una basura…
Cada medio con chayote, cada comidita de miles de pesos, cada sangrado al erario debería dolernos e indignarnos sin embargo, aquí seguimos, tan campantes, algunos pocos leyendo y otros sin hacer nada…
Basura que se mete al ojo, infectada la pupila, somos ciegos en un país maravilloso.
Lástima.