Desde hace varios años las redes sociales han tenido un importante lugar dentro de las elecciones y de la política en general. La resolución del INE sobre la cual se sustenta el rebase de topes en gastos de campaña del candidato del PRI en Coahuila evidencia que fue el gasto en redes sociales lo que aumentó su gasto en más del 5% del tope.
Esto evidentemente tendría consecuencias y ya existe una restricción por parte del INE a todos aquellos que aspiren a ser candidatos y a partir del 8 de septiembre se contabilizará todo el gasto de promoción en redes sociales como parte de los gastos de campaña de 2018.
En lo personal creo que contabilizar el gasto en redes sociales es necesario ya que actualmente son el mejor medio de difusión (incluso mejor que la TV) pero la forma en que anuncian su fiscalización deja varias dudas:
· ¿Cómo pueden controlar los partidos a todos aquellos que contraten promociones en redes sociales? Me imagino que sólo se acabará fiscalizando a los que sean realmente candidatos, pero el Partido, o sea la institución; no tiene acceso a las redes sociales de cada uno de sus miembros ni puede tener control sobre lo que publican y deciden difundir… La única forma que se me ocurre es poniendo dentro de los requisitos de las convocatorias no haber contratado nada en redes sociales y eso se podría impugnar por ser una medida absurdamente discriminatoria.
· En caso de que la persona que sea candidato no contrate nada directamente ¿vale hacerlo indirectamente? Que sea desde otra página y desde otros perfiles en donde se invierta para hacer promoción… hemos visto casos así con revistas y editoriales que hacen promociones de políticos indirectamente al subir espectaculares de sus portadas con la imagen de quien pagó indirectamente la publicación… si no han podido con este tipo de casos veo complicado que puedan con los que se den en red.
· ¿En el INE sabrán que se pueden comprar menciones ilegalmente en redes?, igual que pasa en la tele o en el radio, los llamados “influencers”- que son personas que tienen gran cantidad de seguidores y su opinión es valiosa para ellos-, venden comentarios positivos o menciones a quien las quiera comprar. No estoy hablando sólo de los personajes que se hicieron en redes y sólo existen ahí; también de los más famosos comunicadores que publican y son protagonistas de varios medios de comunicación.
· ¿Puedo desde mi casa hacer que anulen una elección? Una presidencial suena complicado (aunque no imposible) pero una campaña a diputado o a alcalde en donde a partir de una inversión en redes externa se pueda lograr sobrepasar en más de 5% el gasto aprobado para una campaña no suena tan difícil… sobre todo si tomamos en cuenta que los partidos normalmente cierran en el límite sus fiscalizaciones.
· También hay otro problema, posiblemente mayor. Todo el asunto que se sigue discutiendo en Estados Unidos sobre la posible intervención en la elección presidencial de los rusos tiene que ver con la generación de ataques reales y noticias falsas en las redes sociales. ¿También van a sacar un acuerdo para prohibir este tipo de conductas?
Para terminar, creo que es importante decir que en lo personal no creo que se pueda fiscalizar la red. Se puede fiscalizar el gasto de los candidatos y de los partidos, pero no se puede controlar lo que cada persona sube a sus redes y con qué fin. A la fecha no han podido tumbar una elección por cuestiones como la publicidad (ilegal) integrada en los programas, como fue tan evidente en la elección que llevó a Peña Nieto a la presidencia; no han podido impedir los recursos que gastan los gobiernos en las elecciones (tan evidentes en Coahuila y en el Estado de México); no han podido si quiera impedir que los candidatos estén en campaña todo el tiempo sin fiscalizarlos (como el caso de López Obrador)… menos podrán con la red; más grande y más anónima que todos los otros medios.