Al igual que la madre, el padre coadyuva en la conformación de la personalidad del hijo o la hija, de ahí la necesidad de que este ejercicio debiera ser lo más deseado, pensado y consciente posible". Comisión Nacional de Derechos Humanos
La paternidad emergente contempla una gama más amplia de actividades y funciones en la crianza de los hijos, así como su participación tanto en las actividades del hogar como en la de proveedor de ingresos.
Culturalmente la figura paterna se ha mantenido desagregada en aspectos esenciales del desarrollo de los hijos y su participación en la formación de los ideales educativos es menor.
Esta dinámica es causada, en principio, por los roles de género que han reproducido actitudes y ocupaciones que generan desigualdades en cuanto al papel que desempeñan frente a los hijos.
Por otro lado, el entorno laboral ha sido diseñado en función de las responsabilidades que tienen los hombres como cabeza de familia, de tal forma que ellos dedican hasta 51 horas y 42 minutos al trabajo, y sólo 15 horas y 18 minutos semanales a las labores domésticas.
Para el 2014, en el 73.6% de los hogares se tenían como jefes de familia a varones, mientras que 26.4% eran mujeres, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). http://bit.ly/2aZEW8v
No obstante, el fenómeno del desempleo y las crisis económicas produjeron indirectamente un acercamiento entre algunos padres e hijos, puesto que, al no poder reincorporarse al mercado laboral, terminan al frente del hogar y a cargo de los hijos, mientras las mujeres trabajan.
Las nuevas paternidades están enfocadas en producir una transición de la típica figura paterna enfocada en la contribución económica y el ejercicio vertical de autoridad hacia una paternidad con relaciones cercanas a los hijos e hijas con mayor afectividad y cercanía.
La paternidad y la maternidad son construcciones culturales, y con las transformaciones sociales que la posmodernidad ha traído, hay un replanteamiento de las funciones en la pareja, por lo que el término de “proveedor” ahora es compartido.
A raíz de esta compaginación, se han establecido mecanismos que otorgan a los papás, los mismos derechos de las mujeres en cuanto a los hijos, por ejemplo, en el 2013, la Ley Federal del Trabajo instauró la Licencia por Paternidad que otorga 5 días hábiles continuos con goce de sueldo en el marco posterior al nacimiento de sus bebés y de igual manera en el caso de adopción de un infante. http://bit.ly/1geQBRA
Es necesario revalorar el papel público y privado de los varones, donde su lugar como papá sea más integrativo, siendo cuidadores y cuidados, cumplimentando sus responsabilidades basados en otros factores que no sean en función del género.
Para ejercer estos nuevos modelos de paternidad, se necesitan más reformas legales que promuevan la equidad, además de incidir en las pautas culturales a través de escuelas para padres y las instituciones educativas.
Las políticas públicas deben enfocarse en crear espacios de respeto e igualdad, porque de esa manera se abordan nuevas aristas en la prevención de la violencia intrafamiliar, además de la creación de oportunidades laborales para padres y madres, en apoyo de los hijos e hijas en un entorno cada vez más complejo y cambiante.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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