Alfonso Durazo nuestro poco célebre ex secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana nuevamente se encuentra en el ojo del huracán, y aunque él quisiera que fuera por su carrerilla por la gubernatura del estado de Sonora que, dicho sea de paso cada vez se le complica más, no es así, lo que lo coloca en los titulares, la opinión pública y las redes sociales es haber sido ineficiente para resolver el caso en el que nueve miembros de la familia LeBarón fueran brutalmente asesinados en noviembre de 2019.
En días pasados Bryan LeBarón presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República, en contra del exsecretario de Seguridad, Alfonso Durazo, por omisiones previas al ataque en contra de su familia. En pocas palabras, Durazo y el Estado Méxicano tenían la información suficiente con respecto a la actividad de grupos del crimen organizado en la zona, lo que significaba y aún está latente un peligro para las familias sonorenses.
Como se dice vulgarmente “también existe el pecado de omisión” sin embargo, en materia de seguridad hay que ir un poco más allá, el que es omiso coarta la ley, así de sencillo, si no se tiene la visión y capacidad para atender un tema prioritario para la nación y para salvaguardar la vida de los mexicanos, es mejor renunciar y cerrar la boca.
El historial de fracaso en materia de seguridad de Alfonso Durazo no se limita al caso LeBaron, quién puede olvidar el culiacanazo que dejara libre al hijo de “El Chapo” Guzmán, las más de 65 mil muertes violentas y los casi 2 mil feminicidios.
La denuncia presentada por Bryan LeBarón puede que sea solo el inicio de muchas más denuncias contra un personaje que a todas luces fracasó. Cuántas familias más sonorenses y mexicanas ven en este personaje el principal responsable del dolor que aún sienten.
El recuento de los malos resultados de Durazo apenas empieza, esperemos que no le quieran dar un tinte electoral o lo califiquen como un “ataque” de cara al 6 de junio. Quienes tuvieron una responsabilidad pública y hoy piden otra, deben asumir sus malos resultados.
Durazo a todas luces fracasó, no solo en esta administración para garantizar la vida de los mexicanos y la tarea de ser el encargado de la seguridad nacional, fracasó como secretario particular y coordinador de comunicación de presidencia. Dejar a México hecho un panteón, sin respuestas debe de ser cuestionado, reclamado y sobre todo rechazado.