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Las medallas del gobierno

Los bajos niveles de popularidad del presidente coinciden con la percepción negativa que tiene le gente respecto a la gestión de gobierno.

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Escrito en OPINIÓN el

Ante la muy pobre actuación de la selección de nuestro país en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, las declaraciones del Titular de la CONADE, Alfredo Castillo, en el sentido de que no iban por medallas y que la Comisión era una agencia de viajes causó gran revuelo, sobre todo cuando se evidenció que, a diferencia de muchos competidores que hicieron un gran esfuerzo para poder asistir a la justa deportiva al grado de tener que recurrir al generoso apoyo de la población mediante el boteo, su novia se placeaba por los principales escenarios con el uniforme oficial.

 

Desde luego no se puede atribuir toda la culpa del fracaso olímpico a una sola persona, pero si tomamos en cuenta que su trayectoria profesional nada tenía que ver con el deporte nacional y que su desempeño al frente del organismo deportivo distó mucho de estar a la altura de la encomienda que se le dio, es claro que quien nombró a Castillo incurrió en una grave irresponsabilidad y se evidencia una vez más que los cargos públicos se definen a partir de lealtades políticas y no de la experiencia o méritos acumulados. Como se diría coloquialmente, ni cómo ayudarlos.

 

Pero resulta todavía más sorpresivo que pocos días después, en una entrevista con Joaquín López Dóriga, el presidente de la República respondiera ante el cuestionamiento de su considerable caída en las encuestas que no buscaba una medalla de popularidad, repitiendo la misma desafortunada fórmula de Alfredo Castillo.

 

En un primer momento se podría hasta festejar que un político ponga por encima de la imagen personal el cumplimiento de su responsabilidad pública -pues aunque debería ser obligado, es poco común-, pero lamentablemente la mayoría de los indicadores revelan que en ese rubro también está reprobado.

 

Los bajos niveles de popularidad del presidente no son fortuitos y por el contrario coinciden con la percepción negativa que tiene le gente respecto a la gestión de gobierno en rubros tales como desempleo, pobreza, inseguridad y muy marcadamente corrupción, por lo que se equivocan al pensar que sólo es cuestión de imagen o de control de daños ante los escándalos que con frecuencia se presentan.

 

Es claro que ninguna campaña mediática puede ocultar por ejemplo las evaluaciones internacionales en materia de violaciones a derechos humanos, desaparecidos, desigualdad, violencia, educación, salud, en las que salimos muy mal calificados y nos llevamos los nada honrosos primeros lugares, y mucho menos la cruda realidad que día con día padece y enfrenta la ciudadanía.

 

Quienes nos gobiernan deben entender que no es minimizando o negando los problemas como estos se resuelven, y que lo que alguna vez les funcionó para construir la candidatura de Peña Nieto a partir de spots, hoy incluso se les está revirtiendo. Al igual que no tenemos medallas que presumir en las olimpiadas, tampoco el presidente y su gobierno.

 

@agus_castilla

@OpinionLSR

 

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