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Las instituciones primero

Las instituciones están y deben estar siempre por encima de las y los funcionarios públicos que coyunturalmente las integren. | Carla Humphrey

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Escrito en OPINIÓN el

Las decisiones en los órganos colegiados se toman por mayoría de votos. Esa es la riqueza de su integración, que personas con perfiles y carreras profesionales diferentes aporten su inteligencia, trabajo y experiencia en la toma de decisiones comunes.

La conformación de órganos colegiados exige que sus integrantes conozcan sus obligaciones y derechos, respeten a sus pares y las diferencias que puedan surgir pero, sobre todo, que su trabajo y su comportamiento no demerite o repercuta en perjuicio de la institución o del órgano que encabezan.

Los conflictos internos no deben nunca afectar el trabajo ni las decisiones que deban tomarse colegiadamente. Las diferencias personales no deben impactar en el fondo de las determinaciones que se sometan a la consideración de los plenos de dichas instancias.

Los ataques y descalificaciones a una de las personas que integran un órgano colegiado es, en realidad, un ataque a toda la institución. Ventilar las diferencias y atacar públicamente a un par por la incapacidad de esbozar argumentos objetivos, de fondo y de frente es un comportamiento deleznable que acaba por denostar y perjudicar el trabajo, la credibilidad y la confianza de todo el organismo. Si, además, este comportamiento y diferencias tienen cabida en un organismo electoral, las consecuencias son devastadoras.

Las personas que integran un órgano colegiado deben conocer las repercusiones de lanzar una guerra mediática y en redes sociales y deben pagar las consecuencias del poco valor y compromiso que tienen con la institución que encabezan, no solo con sus pares, sino con todas las personas que trabajan en esa institución.

La vía para resolver los conflictos internos nunca será la violencia. Los instrumentos para solucionar diferencias nunca serán las agresiones en redes sociales ni los medios de comunicación. Se puede estar en desacuerdo con una determinación, con una sentencia, con un acuerdo, lo que no es ético ni responsable es poner a una institución al borde de una crisis de legitimidad y de confianza por razones personales que no se han resuelto por otros mecanismos.

Las instituciones están y deben estar siempre por encima de las y los funcionarios públicos que coyunturalmente las integren. El trabajo de quienes forman parte de cualquier organismo público es garantizar el Estado de Derecho y fortalecer a las instituciones. La confianza es el principal cimiento de un ente público y del trabajo que desarrolla. Las cuestiones profesionales deben debatirse en público, con argumentos y de manera transparente. Las diferencias personales no interesan a los ciudadanos y deben resolverse en privado. Un conflicto personal no debe nunca estar por encima de una institución, ese es, en el fondo, el mensaje más claro de profesionalismo, respeto y honestidad que un funcionario público debe con la institución en la que labora.

Día Internacional contra la Corrupción

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