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Las esquirlas del terrorismo

El terrorismo es una de las peores plagas de nuestra era, una amenaza grave sobre nuestra cultura y supervivencia.

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Escrito en OPINIÓN el

Hace un par de semanas se dio a conocer que un avión Boeing 777 de la aerolínea Malaysia Airlines cayó al este de Ucrania en la región de Donetsk, en la que han perecido al menos 295 personas.

Y mientras esta noticia acapara las portadas de los diarios y los principales espacios noticiosos alrededor del mundo, los presidentes de Estados Unidos, y el de Rusia, afirman categóricamente que el vuelo comercial MH17 fue objeto de un atentado terrorista ya que anunciaron que fue derribado por rebeldes prorrusos de las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, donde se desarrolla una guerra civil que está dejando una centena de muertos.

Por su parte, los rebeldes ucranianos acusan a Rusia de estar detrás de dicha catástrofe, sin embargo, el discurso va cambiando y los Estados Unidos y buena parte de Europa han endurecido su política económica contra el gobierno de Vladimir Putin, situación que evidencia la tensión entre ambas naciones, y nos hace voltear atrás en lo que se llamó “Guerra fría”.

Aunado a esto, el conflicto árabe-israelí sigue en aumento, la ofensiva sobre la Franja de Gaza de parte de Israel y viceversa es cruenta, y todo producto de un odio milenial entre dos pueblos hermanos, donde un simple pretexto basta para que con atentados tras atentados atemoricen a quien piensan es su enemigo.

Estos sucesos colocan en la palestra el umbral de la guerra, que por desgracia a más de uno podría beneficiar –sobre todo en materia económica–, pero sería multitud quienes resultarían más perjudicados, sobre todo ciudadanos inocentes.

Primeramente, la definición que nos da el diccionario sobre qué es el terrorismo, es que es una sucesión de actos violentos ejecutados para dominar e infundir terror.

A lo largo de la historia humana, la violencia a manera de terrorismo ha existido, tal vez para algunas personas ciertos casos han sido más crueles que en otros, tanto así que quedan en la mente del colectivo social o por el simple hecho de que algunos casos son más recientes que otros, como es el caso de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11/S), que cobraron la muerte de casi 3 mil personas y dejó heridas a 6 mil más… pero este tipo de terrorismo no es el único que existe.

Y es que si algo puede decirse del terrorismo es que es inherentemente cruel y absolutamente despiadado.

Por ejemplo, el terrorismo que emplea bombas es una de las formas de crimen más execrables que existen. Es terriblemente impersonal y generalmente irreversible. Las más de las veces desplaza por completo el elemento humano. Más de un posible asesino, acusado por la conciencia, se ha abstenido en el último instante de apretar el gatillo. Pero esto no ocurre con el dispositivo mortal de una bomba, el cual ha sido preparado para estallar bajo cierto estímulo cuando el responsable se encuentra tal vez a cientos de kilómetros de distancia.

La bomba, generalmente, estalla y las restricciones naturales de la conciencia humana han sido eliminadas.

Pero ¿qué más es el terrorismo? El terrorismo también es impersonal porque no siempre destruye a la víctima que se intenta destruir, y es que las 2 mil 973 víctimas mortales del 11/S no eran el objetivo de tan monstruosa masacre. Pensemos un momento: ni siquiera los soldados, cuando llevan a cabo una tarea militar bajo la onírica bandera de la paz y la libertad, por lo que son apenas espectadores inocentes que poco saben de las verdaderas motivaciones que originan los conflictos armados.

¿Cómo justifican los terroristas la violencia? Principalmente por las enseñanzas de filósofos modernos, que bien pueden ser ateos o extremistas religiosos.

Me viene a la mente una frase de un escritor nihilista y filósofo francés de nombre Franz Fanon, quien escribió: “La violencia es una fuerza liberadora: libera a los oprimidos de su desespero”. Algunos más dicen: “Lo que para unos es un terrorista, para otros es un combatiente por la libertad”.

Así de llano, el terrorista rechaza la moralidad. El diplomático británico Lord Chalfont pronunció un discurso ante el Grupo Atlántico-Europeo en 1981 al hablar de este tema: “Uno sencillamente no puede hacer lo que hacen los terroristas si se adhiere a los principios morales normales de la raza humana […] El terrorista rechaza todo proceso político, [está] totalmente divorciado y a la vez es hostil al concepto mismo de proceso político”.

Líderes mundiales de todas las tendencias y de muchas partes del mundo, han reconocido la crueldad inherente de los atentados terrorista del 11/S que mató a 2 mil 973 personas e hirió a 6 mil más.

El terrorismo ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, se podría decir casi-casi que es inherente a nosotros. Los anarquistas de la antigüedad se valieron de la violencia para obtener ventajas políticas y personales. Hoy en día las únicas diferencias con el pasado radican en los sistemas de comunicación, los avances de la ciencia y la tecnología, la modernización de los armamentos y el nivel y el estilo de la violencia.

Como humanidad, considero que debemos tomar una firme posición moral contra los crímenes atroces, perpetrados por los terroristas dondequiera que estos se sucedan, no debemos tolerar esta clase de actos, no importando que sean en el nombre de una paz que está comprobado que por la vía de la confrontación nunca llegará.

El terrorismo nunca podrá ser un medio válido para corregir errores humanos, porque no tiene cabida en la civilización humana. El terrorismo es una de las peores plagas de nuestra era, una amenaza grave sobre nuestra cultura y supervivencia.

Ni los discursos proclamados por los líderes de las naciones más poderosas del mundo ni los deseos más fervientes de los dirigentes religiosos por alcanzar la paz y exterminar el terrorismo podrán acabar con tan dramático mal si no se reconocen al prójimo como igual, respetando el valor de la vida antes que el deseo de dominar al otro.

 

@plumavertical