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Las elecciones son locales

AMLO sabe que no basta con hacer una buena campaña o ir arriba en las encuestas para ganar: se gana con estructuras locales | Julio Castillo

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Escrito en OPINIÓN el

Durante los siguientes días, en el llamado periodo de intercampaña (que se diferencia de la campaña porque no hay comerciales ni debates de los candidatos presidenciales en medios), se van a definir los más de 3,400 candidatos que cada fuerza electoral presentará a nivel federal y local.

En una elección como la que viviremos, se suele centrar la atención en los candidatos a la presidencia y a eso se le llama una campaña paraguas. Mucho del destino local parece que depende de la suerte nacional. Ejemplos sobran, como el llamado “fenómeno Fox”, que ayudó al PAN a gobernar en lugares que nunca había gobernado (y en muchos casos nunca volvió a gobernar). O en el 2006 cuando López Obrador llevó al PRD a un nivel federal que en local no se respaldaba; y el PRI, que tuvo que aprender a reinventarse sin un presidente de la República y que solía tener su fuerza en la suma de estados y municipios, hoy se ve totalmente desdibujado ya que no tiene ni campaña paraguas ni fuerza local: tan solo en los últimos años perdieron Nuevo León, Veracruz, Aguascalientes, Querétaro, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua y Nayarit.

Sin embargo, esta será una elección que podría depender mucho de la fuerza local y de las estructuras que cada partido haya logrado construir y aquí es donde se verán las diferencias. No es por hacer menos a los independientes, pero no van a ser ni competitivos, ninguno tiene la popularidad o fuerza que tuvieron Fox o AMLO en su momento y ninguno cuenta con una estructura que en realidad lo pueda llevar a la presidencia.

Lo local va influir de manera decisiva en la elección y se puede reflexionar:

·         El PRI, aunque está muy venido a menos y su candidato presidencial no pinta ni competitivo, cuenta con cierta fuerza local y eso lo seguirá manteniendo en la contienda, pero ya no para ser un posible ganador, sino para mantener una representación digna como tercera fuerza. Una vez más el PRI será tercera fuerza, como en el 2006 y ojalá después de este último experimento de gobierno priista se logre ir desvaneciendo. Un México moderno ya no debe tener cabida para un partido como el PRI, pero eso es un tema para explicar aparte.

·         Morena, que hoy se ve como puntero sólido, va a toparse con lo local. Una cosa es poder construir una persona a la sombra de un caudillo como lo hicieron con los candidatos de Veracruz y el Estado de México y otra muy distinta es que así se vaya a lograr la mayoría de los votos de los mexicanos. Cuando el PRI y el Frente (PAN, PRD y MC) presenten a los 3,400 candidatos que van a buscar posiciones, será muy complicado que se mantenga la burbuja de Morena. Por eso la urgencia de Andrés Manuel de ir sumando a cuanto detractor de otros partidos existe; él sabe que no basta con hacer una buena campaña o ir arriba en las encuestas para ganar: se gana con estructuras locales.

·         El PAN, junto con el PRD y MC, pueden fácilmente ganar la elección a partir de sus estructuras locales; la alianza está muy bien pensada en el aspecto territorial y los lugares en donde el PRD tiene fuerza, el PAN no y viceversa, y MC que ha crecido en Jalisco, complementa la ecuación.

Dicho de otra forma, hoy el Frente gobierna a la mitad de los mexicanos. Por otro lado, así como existe esta posibilidad de fuerza a partir de lo local, también puede perderse en el mismo terreno. Tener estructuras complementarias en todo el país no indica necesariamente que vaya a funcionar porque el riesgo de la alianza radica en que son fuerzas que se han enfrentado durante décadas entre ellas. Se necesitará una impecable operación política para que en lugares como Jalisco, Yucatán o Colima, donde MC está principalmente formado por detractores del PAN, acepten ver a sus antiguos compañeros en las boletas; o para que en lugares como la Ciudad de México, puedan jalar todos hacia el mismo lado. No está de más recordar que desde el 97 el PAN y el PRD han disputado el poder en la capital.

Los siguientes días nos dirán qué tan competitiva será cada fuerza en lo local y mientras López Obrador irá recogiendo todo lo que vaya cayendo de otros lados; el PRI seguirá intentando demostrar que Meade no es del PRI y el Frente tendrá que intentar poner a trabajar a muchos generales que tratarán de jalar juntos por primera vez.

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