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Las crisis en el PAN

Es probable que esta falta de liderazgo político sea el causante de la crisis en su militancia.

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Escrito en OPINIÓN el

Como sabemos, el proceso interno para renovar la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN), culminó en un desgaste a su elite que permea a su militancia, en un ejercicio riesgoso de permanencia.

 

Erosionó a su clase dirigente, porque al ganar la facción encabezada por Gustavo Madero acaparó las posiciones en el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, dejando sólo 2 lugares a los Corderistas y Calderonistas, entre otras posiciones políticas.

 

Pero más allá de las divisiones que están permeando a las estructuras de ese partido en el país, es probable que esta falta de liderazgo político sea el causante de la crisis en su militancia.

 

Tomemos algunos ejemplos. Sergio Eguren y Rafael Medina, ex diputados locales que eran funcionarios de la delegación Benito Juárez en la ciudad de México, fueron detenidos en Brasil, luego de asistir a un partido de futbol de la selección mexicana, acusados de tocar a una mujer y golpear a su marido.

 

El tema se les complicó, luego de abrirse a la sospecha que su presencia en Brasil obedeció a un presunto pago por favores a una compañía informática, y ahora, podrían purgar una pena de algunos años de cárcel por sus actos atrevidos. Ahora se sabe que este tema ha causado la molestia en la dirigencia nacional del PAN.

 

Otro más. Durante la instalación de la Comisión de la Familia del Senado, el legislador por Jalisco José María Martínez Martínez realizó comentarios polémicos, al señalar como una moda la diversidad en la convivencia entre personas así como el sentido plural de la familia, que le ha valido una avalancha de críticas.

 

Es muy probable que quien haya propuesto la creación de esta Comisión legislativa, lo haya hecho pensando en elevar dogmas de fe o creencias religiosas personales a rango de políticas públicas. Muy seguramente quien propuso la citada Comisión, desconozca que en la Asamblea Nacional del Partido Acción Nacional de 1965, Manuel Gómez Morín propuso, separar y no incluir, los temas de la agenda de la iglesia de aquellos con contenidos eminentemente político partidista, que impulsaba su instituto político.

 

Con o sin razón, al final venció la facción de ultraderecha que impuso los temas de la familia y sus valores, como verdad absoluta, y los incorporó a los principios de doctrina del PAN.

 

Si se trata de incorporar el tema de la familia a las políticas públicas, hay que ser objetivo  e imparcial, y reconocer que ese asunto está regulado en el Código Civil Federal, en el de las Entidades Federativas, y en la mayoría de los más de 80 programas sociales del Gobierno Federal y de los Estados. Parece que la diversidad de concepciones de la familia, es causa de molestia en algunos grupos y sus integrantes.

 

No sólo eso. La citada visión unilateral del Senador Martínez abre la necesidad de moderar la facultad de iniciativa en el legislador, para evitar que se legisle o sea motivo para crear comisiones del Congreso, en base a dogmas de fe, así como la objeción de conciencia, las creencias religiosas personales o la moral de una persona o de un grupo determinado.

 

Otro más en Jalisco. Jóvenes en ese estado crearon una organización neonazi que ha merecido el repudio social y el deslinde del PAN. Su objetivo es “proteger a las familias tradicionales, a la religión católica-cristiana (sic), a los micro, pequeños y medianos empresarios, reescribir la historia por medio del revisionismo”.

 

Juan Barrera Espinosa y Sebastián Sánchez Armas crearon a finales del año pasado, el Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo es una agrupación neonazi que profesa el “nacionalhumanismo”, como una alternativa política ante el “capitalismo en manos sionistas” y ante la “democracia, que es un arma para intereses de unas cuantas personas”. Ante la presión, Barrera Espinoza no le quedó de otra, más que disculparse por esta aventura juvenil. Terrible.

 

Una crisis histórica del PAN. El 23 de septiembre de 1971 se desarrollaba la sesión solemne para develar en letras de oro en el muro de honor del Congreso, las palabras “La Patria es Primero” que fue pronunciada por Vicente Guerrero, al ser conminado por su padre a rendirse por concesión que le otorgaba el Virrey Juan Ruíz de Apodaca en 1819, pero la diputación federal del Partido Acción Nacional trató de chantajear la sesión, a cambio de que también fuera incluido el nombre de Agustín de Iturbide, retirado en 1922 a propuesta del diputado Antonio Díaz Soto y Gama.

 

Señor Presidente, señores diputados, señores invitados. […] ¡¡¡Cómo es posible que quieran ustedes señores de Acción Nacional negar ser los indignos herederos, digo indignos, porque no se atreven a defenderlos de frente, de todos los que han mancillado a México durante más de 150 años de vida independiente? … ¿Quiénes históricamente fueron a traer a un Emperador extranjero? ¡¡¡Sus padres políticos!!!, […]” dijo así el diputado Francisco Ortiz Mendoza del PPS, durante el debate en esa sesión a quienes trataban de defender posturas indefendibles con los actos de Iturbide.

 

Desde entonces, ese axioma goza de un lugar privilegiado en el salón de sesiones de las Cámaras del Congreso, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en Palacio Nacional.

 

Twitter: @racevesj