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Las alianzas

Si lo que se pretende es realmente impulsar la transformación del país, se necesita una propuesta de gobierno sólida y creíble

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Escrito en OPINIÓN el

Las declaraciones que hicieron el pasado fin de semana Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, sobre la posibilidad de que el PAN y el PRD fueran juntos en las elecciones presidenciales del 2018 formando un amplio frente opositor, generaron todo tipo de reacciones particularmente por el momento político que se vive, pues estamos a unos días de que se lleve a cabo la jornada electoral en cuatro entidades y el panorama en el Estado de México es sumamente incierto.

De los primeros que salieron a cuestionar esa posible alianza fueron Enrique Ochoa, Presidente del PRI, quien señaló que el anuncio demuestra que ya se sienten derrotados en las elecciones locales del 4 de junio, así como una confirmación de que solos no tienen fuerza para competir el próximo año. Llama la atención el argumento vertido, pues si alguien ha recurrido a las alianzas con partidos muy diversos -incluso con el PT- ha sido precisamente el PRI, lo que además de los votos que le han aportado, le ha permitido construir mayorías en el Congreso.

Por su parte, y como es costumbre, Andrés Manuel López Obrador no tuvo reparo alguno para decir que esa alianza sería de “lambiscones y paleros” de la mafia en el poder que “le hacen el juego sucio al PRI”, e incluso afirmó que las candidaturas del PAN y del PRD en el Estado de México fueron decididas por Peña Nieto. AMLO parece olvidar que antes del inicio de las elecciones en esa entidad le propusieron conformar un frente de izquierda a lo cual se negó, siendo que hace unos cuantos días prácticamente exigió que, en una actitud de sumisión, los candidatos del PRD en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz declinaran por Morena como condición para ir juntos en el 2018 -desde luego apoyándolo a él-. Probablemente eso explique su beligerancia ante el anuncio de Barrales y Anaya.

Tampoco se podría entender la presencia del SNTE, y sobre todo del yerno de Elba Esther Gordillo en la campaña de Delfina -a quien durante años acusó de ser parte de la mafia en el poder- sin que hubiera de por medio un pacto político, lo que refleja una profunda incongruencia.

Al interior de Acción nacional y del Partido de la Revolución Democráticas las posiciones son encontradas, particularmente en función de los cálculos que han hecho sus aspirantes y los grupos que los conforman.

Me parece que las alianzas no deben ser satanizadas per se, son muchos los factores a analizar como el contexto político en que se den y, cuando menos en el plano electoral, la mayoría de las veces han resultado exitosas para estos dos partidos aunque hay que reconocer también que no ha ocurrido así en el ejercicio de gobierno.

Por ello, si lo que se pretende es realmente impulsar la transformación del país, además de establecer las condiciones que permitan construir una candidatura que logre aglutinar a los simpatizantes de ambos partidos y convoque a la ciudadanía, es necesario que -de la mano de organizaciones, academia y sociedad- se articule una propuesta legislativa y de gobierno sólida y creíble que de respuesta a las múltiples preocupaciones y necesidades existentes. De lo contrario, una alianza meramente electoral, pierde sentido y difícilmente podrá fructificar. 

@agus_castilla