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La vacuna del covid-19 y la palanqueta obrera

La contratación colectiva laboral no está globalizada. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

La pandemia del covid-19 está revolucionando el mundo laboral, y la estrategia de crecimiento de las empresas farmacéuticas está sorprendiendo, incluso a ellas mismas.  Se han vuelto gigantes con muchas cabezas y extremidades, de tal manera que tienen a los gobiernos a sus pies. Son capaces de establecer condiciones, tiempos y costos para la entrega de vacunas, ante la reproducción del virus que parece imparable.

Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de la corporación farmacéutica Pfizer, se ha convertido en uno de los hombres más poderosos del planeta y sobre todo en un estratega de negocios en tiempos de crisis mundial.

En la conferencia anual “J.P. Morgan” celebrada entre el 13 y 16 de enero de 2020, en la ciudad de San Francisco de los Estados Unidos de América, el ejecutivo Bourla mencionó tres pilares que juegan una “función de habilitación paraguas”, que en los tiempos de crisis protegen a las inversiones: los recursos humanos, las finanzas y lo digital.

La conferencia anual de atención médica de “J.P. Morgan” es el simposio de inversión en atención médica más grande e informativo de las farmacéuticas, que reúne a líderes de la industria, empresas emergentes de rápido crecimiento, creadores de tecnología innovadora y miembros de la comunidad inversora.

Bourla, en la conferencia “J.P. Morgan”, cuando todavía no se dimensionaba la tragedia que se veía llegar por el coronavirus, hablaba de enfrentar la crisis con recortes de costos, y sin dar detalles de cómo hacerlo, mencionó: “cuando haces este tipo de transformación, es mejor que te muevas más rápido que más lento”.

En los años anteriores, la empresa Pfizer había hecho recortes dramáticos de personal, como el ocurrido en 2007 en el que despidió a 10 mil trabajadores. Después los reajustes fueron menores, pero siguió en esa tendencia. En 2018 la farmacéutica dijo que se reestructuraría para impulsar la eficiencia, recortando al 2% de la fuerza laboral global de esa empresa.

La farmacéutica Pfizer está presente en más de 175 países del mundo, cuenta con 60 centros de fabricación, casi 90 mil empleados y una de sus principales fortalezas es la investigación. Ahora el recorte de personal no es su estrategia, sino por el contrario ha tenido que abrir miles de plazas para enfrentar la urgente demanda de entrega de vacunas.

¿Qué tipo de política laboral implementa una empresa en expansión como Pfizer en el mundo? Ofrece “compensación y beneficios” en función a la experiencia laboral, la ubicación geográfica y la “disponibilidad de talento”, adecuándose a las leyes y costumbres de cada país.

Ofrece programas de salud y bienestar en los cuales se pueden incluir seguros médicos y de discapacidad, programas de salud preventiva, revisiones médicas, vacunas gratuitas o descuentos, precios reducidos en sus productos, así como asesoramiento en nutrición y bienestar.

Asimismo, en función de las leyes y costumbres locales ofrece a sus “colaboradores” (así llama a sus trabajadores) distintos beneficios para “ayudarles” a cumplir con sus objetivos financieros, los cuales “pueden” incluir acceso a fondos de jubilación dirigidos por ellos mismos, seguro de vida y educación en planificación financiera.

Pero no todo es la panacea en las relaciones laborales, ya que una de las principales estrategias de crecimiento de esta compañía farmacéutica, es impulsar la contratación laboral vía empresas outsourcing y, por tanto, no hay estabilidad laboral para los trabajadores. Los contratos temporales son la condición de las relaciones laborales en tiempos pandémicos.

La subcontratación de personal ha sido una de las estrategias más comunes implementadas en donde operan las empresas farmacéuticas en diversos países del mundo. Aprovechan la laxitud de las legislaciones laborales y la debilidad de sus autoridades en materia de justicia e inspección para explotar a los trabajadores pagando los salarios más bajos.

La contratación colectiva laboral no está globalizada a diferencia de las políticas del capital, que sí lo están. En cada país opera de manera diferente, en unos países es inexistente la organización sindical; en otros controlada y en otros más se reacciona con mayor organización y con exigencias laborales coyunturales de los trabajadores.

La expansión de este tipo de empresas farmacéuticas está trayendo consigo relaciones laborales cada vez más sofisticadas, apoyadas en una mayor flexibilización y en una subcontratación más libre; en contrapartida surge una nueva clase obrera, la farmacéutica, que ya no se conforma con una palanqueta.