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La urgencia de integrar la conservación de humedales a la planeación del desarrollo

El gran reto de las autoridades es tomar decisiones transversales sobre la conservación y restauración de los humedales. | Sandra Moguel*

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Escrito en OPINIÓN el

Este año, el lema del Día Mundial de los Humedales se enmarca en los beneficios de estos ecosistemas para la humanidad y la naturaleza misma. Ante la crisis global de pérdida de biodiversidad y cambio climático, el gran reto de las autoridades es tomar decisiones transversales sobre la conservación y restauración de los humedales, integrándolas a la creciente demanda de espacio, movilidad e infraestructura en las zonas urbanas.

Es el caso del Sistema Lacustre Xochimilco y San Gregorio, área protegida y humedal urbano de importancia prioritaria bajo la Convención Ramsar, tratado internacional para proteger estos ecosistemas. Los humedales de Xochimilco suministran agua a la Ciudad de México y zona conurbada, regulan el clima, son hábitat de especies endémicas como el ajolote y la rana de Moctezuma, generan sustento de vida para comunidades locales que dependen de las chinampas, son espacio de recreación y un símbolo paisajístico mexicano para el mundo.

Pese a la riqueza natural y cultural del sitio, su salud y sobrevivencia peligran por la contaminación y la edificación urbana que recortan su flujo hídrico y superficie. En 2021, el gobierno de la ciudad construyó el Puente Vehicular Periférico Sur-Canal Nacional en la alcaldía de Xochimilco a pesar de que la obra es incompatible con los instrumentos de manejo y objetivos de conservación del área protegida. Grupos locales han presentado demandas judiciales y alertas urgentes internacionales ante la problemática ambiental y legal derivada del proyecto.

El año pasado, la Suprema Corte de Justicia emitió una sentencia que arroja mucha luz para el tratamiento de este conflicto. Declaró la legalidad del Programa de Manejo del área protegida Yum Balam-Holbox, en Quintana Roo, considerando que el instrumento fomenta la función ecológica del lugar. Ello significa que su uso debe garantizar el funcionamiento de los ecosistemas y evitar perjudicarlos.

El máximo tribunal también señaló que las autoridades deben velar por el Principio de No Regresión. En el caso de Xochimilco, la modificación de uso de suelo, la aprobación de la licencia de construcción y de impacto ambiental del puente vehicular son violaciones directas a ese mandato pues no sólo reducen la superficie del área protegida, sino también impiden el flujo y recarga hídrica que permite a los humedales de Xochimilco mantener sus características ecológicas y servicios ambientales. 

La Corte declaró que los propietarios, poseedores y usuarios de Yum Balam-Holbox están obligados a conservar y restaurar el sitio. Así, las autoridades y particulares deben proteger los humedales de Xochimilco para garantizar que las generaciones futuras reciban los beneficios que el ecosistema lacustre provee actualmente. 

En ambos casos, es necesario buscar esquemas de desarrollo compatibles con la conservación y restauración de los humedales. Es el llamado de la Convención Ramsar cuando compromete a México y a los demás países signatarios a integrar a los humedales a su planeación territorial.

Con esto en mente, hoy es un día para reflexionar sobre la oportunidad que México tiene de adoptar una decisión transversal que promueva de forma conjunta y armónica los beneficios económicos, sociales y ambientales de la conservación y restauración de los humedales de Xochimilco, imprescindibles para la vida en la Ciudad de México. 

*Sandra Moguel es abogada ambientalista del Programa de Ecosistemas de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA).