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La ubicuidad rusa

Una escalada de manipulación e interferencia política rusa sin precedentes en el mundo · Ulises Sandal

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Escrito en OPINIÓN el

La retaliación es un término empleado en el derecho que encuentra su origen en la Ley del Talión, cumplía la función de legitimar las acciones emprendidas ante una ofensa en la misma medida, “ojo por ojo, diente por diente”. Como respuesta de castigo o venganza, la retaliación debiera ser estrictamente proporcional.

Ahora bien, en el plano internacional dicho procedimiento consuetudinario ha sido desplazado por la retorsión, figura jurídica que se refiere, según la doctrina, a los actos que no son de amigable composición, porque se trata de acciones u omisiones que al efectuarse son contrarios a la cortesía y diplomacia internacionales, pero que se encuentran dentro del marco jurídico del derecho internacional. Dicho mecanismo es utilizado como respuesta a un acto violatorio de derecho y es dirigido para causar efectos adversos, pero compatibles con el derecho internacional.

Rusia, Estados Unidos y Skripal

Actualmente, la circunstancia específica que ha generado dificultades diplomáticas y retorsión internacional entre Rusia, Reino Unido y Estados Unidos es el intento de homicidio en contra de Sergei Skripal y su hija Yulia.

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Skripal fue un militar ruso que trabajó como espía para el Reino Unido, acusado del delito de alta traición por los rusos. Sergei y su hija fueron envenenados el pasado 4 de marzo con un químico de origen soviético denominado novichok. Este caso guarda un antecedente directo con la muerte de otro espía ruso en el Reino Unido, Alexander Litvinenko, quien fuera envenenado con una sustancia radioactiva, el polonio, cuando tomaba té en un hotel de Londres en el año 2006. Todo ello en contravención con lo señalado en la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción de 1997, que prohíbe estrictamente el uso de armas químicas, que de suyo puede constituir un crimen de trascendencia internacional, peor aún si el ataque se efectúa en territorio extranjero exponiendo a otras víctimas civiles.

La primera ministra de Inglaterra, Theresa May, señala como culpable de intento de homicidio al gobierno de Vladimir Putin, sin embargo, el recién reelecto presidente ruso niega las acusaciones y exige pruebas al gobierno británico. Debido a estos lamentables sucesos, el Reino Unido, junto con otros gobiernos de 25 países, con alguna cuenta por cobrar con Rusia: Alemania, Albania, Australia, Canadá, Croacia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Macedonia, Noruega, Países Bajos, Polonia, República Checa, Rumania, Suecia y Ucrania expulsaron en una acción coordinada a 150 diplomáticos rusos de sus respectivas misiones acreditadas en sus países. Medida de retorsión que se completó con el cierre del Consulado General de Rusia en Seattle.

La respuesta rusa

Rusia no se ha hecho esperar, recíprocamente, aplicó contramedidas dirigidas a los diplomáticos holandeses, españoles, italianos, polacos, alemanes, noruegos y suecos entre otros. Además del anuncio por parte del ministro ruso Serguéi Lavrov, respecto de 60 diplomáticos estadunidenses que tendrán que salir de Rusia antes del 6 de abril de este año.

Las acciones del gobierno de Putin, hasta el día de hoy, implican el cierre indefinido del Consulado de los Estados Unidos en San Petersburgo, acciones casi simétricas a las medidas adoptadas por Trump.

Por su parte, México, a través de la Cancillería, también se pronunció al respecto condenando el ataque, por considerar que se violenta el derecho internacional, reservándose ad cautelam su derecho de aplicar contra los diplomáticos rusos en México la categoría de persona non grata en términos de lo dispuesto en el artículo 9 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

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Sin duda, esto significa un gran revés para el omnipresente gobierno ruso y su presidente electo por cuarta vez, que se hace notar y sentir en casi cualquier conflicto del orbe: en la guerra de Siria, las tensiones entre Corea del Norte y Corea del Sur, el Brexit, la crisis secesionista de Cataluña y la injerencia en la elección de Donald Trump, que actualmente es investigada por el FBI. Ahora bien, es cierto, que no es posible atribuir todas las intromisiones y conflictos al gobierno de Rusia por obrar en función del fortalecimiento de sus intereses globales, pero también lo es que no podemos dejar de advertir que todo ello viene precedido de una serie de acontecimientos cruciales identificados bajo la sombra de la mano rusa, lo que apunta a una escalada de manipulación e interferencia política sin precedentes en el mundo.

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