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La triste despedida de Peña

Uno de los peores errores que puede cometer un político es desconocer o negar la realidad | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

Tras los resultados de las elecciones del 1 de julio que colocaron a su partido en un lejano tercer lugar constituyendo la peor derrota de su historia, el presidente Peña Nieto prácticamente desapareció de la escena pública -siendo que aún faltaban cinco meses para que concluyera su gestión- y ese espacio rápidamente fue ocupado por Andrés Manuel López Obrador, quien pareciera que empezó a gobernar mucho antes incluso de ser declarado presidente electo.

Ni siquiera intentó alguna defensa ante los reiterados anuncios de que se daría marcha atrás a las llamadas reformas estructurales que representan el sello de su administración o por la posible cancelación del nuevo aeropuerto que es el proyecto más importante de infraestructura en décadas. Para muchos, el mensaje que mandó Peña Nieto es que renunciaba a su responsabilidad al frente del país, y únicamente atendería lo relativo a la transición con el nuevo gobierno.

Sexto Informe

Por ello causó sorpresa que súbitamente, tras permanecer ausente por casi dos meses, desplegara una intensa campaña de spots en el marco de su último informe para tratar de reivindicar los logros de su sexenio para lo cual insistió en utilizar el fallido lema “para que lo bueno siga contando”. Pero si el lema es desafortunado, mucho más lo es el contenido de la decena de vídeos que retratan a un país muy distinto del que percibe la gran mayoría de los mexicanos, y las explicaciones que da sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas y la Casa Blanca son hasta ofensivas.

Me pregunto qué pretendía al defender la “verdad histórica” de la PGR en el caso de Ayotzinapa siendo un tema tan doloroso para la sociedad, pero el colmo fue que se atreviera a afirmar que no hubo conflicto de interés en la adquisición del costoso inmueble de Las Lomas además de lamentar que se haya puesto a su esposa en esa “difícil situación”. No es la primera vez que con sus declaraciones o posturas, Peña Nieto demuestra una falta absoluta de sensibilidad, pero al parecer sigue pensando que con una profusa campaña de comunicación es suficiente para levantar su imagen, aunque las evidencias acrediten lo contrario, pues los 40 mil millones de pesos erogados por su gobierno en publicidad oficial de muy poco le sirvieron. A unos meses de concluir su mandato, 8 de cada 10 mexicanos lo reprueban.

Errores

Uno de los peores errores que puede cometer un político es desconocer o negar la realidad, y el presidente no se ha dado cuenta que perdió la credibilidad hace mucho tiempo precisamente a partir de estos dos casos que marcaron su administración, y que son reflejo de la herencia que deja en materia de inseguridad, corrupción e impunidad. Es cierto que si se hace un balance objetivo de su gestión podremos encontrar algunos rubros en que no sale mal parado como en turismo, exportaciones agroalimentarias, inversión extranjera, menor dependencia del petróleo o incremento en el número de contribuyentes.

Pero el informe sobre desigualdad dado a conocer por la CEPAL-UNAM es lapidario -la fortuna 10 personas equivale a los ingresos de 60 millones de mexicanos-, y nada puede compensar las decenas de miles de personas fallecidas por homicidio doloso, los levantones, las agresiones contra periodistas, las violaciones a derechos humanos, la desviación de recursos públicos y el grosero enriquecimiento de funcionarios. Ante tal fracaso, cómo no indignarse cuando en un supuesto ejercicio de autocrítica, Peña Nieto reconoce que no logró recuperar la paz en todos los rincones del país o cuando dice que es un país más justo. Cómo no esperar que Peña Nieto se despida en medio del repudio popular.

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@agus_castilla  | @OpinionLSR | @lasillarota