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La transmutación del TLCAN

Para quienes piensan que el TLCAN ha llegado a su fin, quisiera comentarles que este ser incorpóreo e intangible no se crea ni se destruye, sino se transforma

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Escrito en OPINIÓN el

La disyuntiva sobre si México debe dejar o no el Tratado de Libre Comercio con Norteamérica (TLCAN), se apodera de la opinión pública cada que el presidente de los Estados Unidos vocifera a los medios que su país que abandonará el tratado.

Para quienes piensan que el TLCAN ha llegado a su fin, quisiera comentarles que este ser incorpóreo e intangible se encuentra atrapado bajo las leyes de la física que señalan que la materia no se crea ni se destruye, sino se transforma.

El tratado comercial que vio la luz hace 23 años, se encuentra en un proceso de reinvención y transmutación sin que esto quiera decir que sea necesariamente positivo o negativo para los países que conforman la región TLCAN. Antes y al contrario, dicha transformación sucede en un contexto por demás incierto y con justificadas dudas sobre el beneficio que México podría obtener de este cambio.

La renegociación tiene muchas aristas, empezando desde que el mundo ya no es el mismo de cuando se firmó la primera versión de tratado en 1994; las economías, están más globalizadas y las tecnologías han trastocado prácticamente todas las actividades sociales y económicas de la humanidad.

Lo anterior da paso a lo que es una de distintas justificaciones del capítulo que, dentro de la renegociación, tratará la propiedad intelectual y las reglas de origen que el gobierno norteamericano ha puesto sobre la mesa.

Otro tema al respecto...

... y que tiene que ver con el desarrollo de las tecnologías y la globalización de los mercados, es la regulación del e-commerce. Mecanismo que ha potenciado el intercambio comercial en todo el planeta, pero que carece de la regulación aduanera y el cumplimiento de normas de calidad en los países que se realizan intercambios comerciales por esta vía. Lo anterior contribuye a la proliferación de la piratería y al comercio desleal entre países, prendiendo las alarmas de seguridad en cualquiera de las naciones con acceso masivo a internet.

Otro factor importante que no estuvo contemplado en la firma del TLCAN en su primera versión, era la posibilidad de incursionar en el sector energético mexicano; por aquel entonces, la constitución mexicanaabrogaba únicamente al estado la explotación y usufructo de las riquezas del subsuelo mexicano.

Dos décadas después y luego de una campaña persistente del ala neoliberal mexicana para modificar la constitución, la llamada reforma energética permitió la participación del capital privado para la explotación y producción del petróleo.

Con la apertura energética de México, los intereses de las empresas canadienses y estadounidenses necesitan un marco regulatorio que les asegure la libre participación y flujo de energéticos entre los tres países del bloque. El objetivo es consolidar la región como un gigante energético mundial similar a lo que hoy es Medio Oriente.

Los Estados Unidos buscarán llevar la negociación hacia la consolidación de una región autosuficiente energéticamente, que les permita prescindir de la dependencia energética de Arabia Saudita y de Venezuela por citar algunos ejemplos.

La oportunidad está en la consolidación de la infraestructura para que el intercambio de energía en la región sea eficiente. Esto reduciría los costos del transporte de los combustibles, alentaría el comercio de hidrocarburos entre los países de la región y representaría una ventaja energética de la zona frente a otras naciones fuera del bloque.

Estados Unidos produce 10 millones de barriles de petróleo al día y consume 20 millones; para satisfacer esa demanda, requiere de mayor producción de crudo, está se dará poco a poco conforme vayan saliendo a la luz más yacimientos en suelo mexicano y de inició la explotación de petróleo por parte de los inversionistas privados. Actualmente la relación comercial de energéticos y petroquímicos entre México y Estados Unidos, son del orden de los 30 mil millones de dólares anuales.

En cuanto al déficit comercial, desde su campaña, Donald Trump tomó como bandera la renegociación del TLCAN aduciendo el déficit de los Estados Unidos con México. Nuestro país alcanzó el superávit comercial frente a su vecino del norte, debido al desarrollo del sector manufacturero impulsado por las maquiladoras que llegaron a nuestro país buscando disminuir sus costos de producción.

Este punto involucra dos temas más, uno es sobre la propiedad intelectual y el segundo sobre el desarrollo de la economía digital. En el primer caso, uno de los puntos a negociar, es la denominación de origen, que en el caso de los bienes manufacturados en México, los Estados Unidos buscan que las importaciones venidas de nuestro país sean manufacturadas con un mayor número de componentes e insumos de origen estadounidense.

Esto podría ser positivo para México y daría paso a una mayor integración de las cadenas productivas entre ambos países, atraería más inversiones hacia el país y permitiría un mayor flujo comercial entre ambas naciones. 

En cuanto a la economía digital, los Estados Unidos, es uno los principales proveedores de servicios a nivel mundial y con la renegociación del TLCAN, se buscará resguardar las comunicaciones, la informática, la tecnología de plataforma y digital, el comercio electrónico, los servicios financieros y todo lo que tenga que ver con servicios intangibles. Este es un capítulo que tampoco existía en la versión original del TLCAN.

En 2017, los servicios digitales alcanzaron el 70% del PIB mundial. Estados Unidos es el principal proveedor de estos servicios a nivel global y en 2016 registró un superávit de 250 mil mdd en este rubro. Con México, registró un superávit de 7 mil millones de dólares en el reglón de los servicios digitales.

En ese marco, la protección de la propiedad intelectual tanto industrial como informática, será un factor clave para los intereses del gobierno estadounidense.

El capítulo 19

Por último, la eliminación del capítulo 19 contemplado en la primera edición del TLCAN, podría tensar los acuerdos entre los tres países, Canadá ya amagó con salirse de las negociaciones en caso de que Estados Unidos mantenga su postura.

El capítulo 19 permite a exportadores y productores del bloque solicitar la creación de paneles binacionales de expertos en una industria cuando un gobierno sentencie una investigación de dumping o antidumping que los afecte, es decir, que esto aplicaría cuando una empresa considere que está siendo afectada por prácticas proteccionistas de parte de uno de los países miembros del TLCAN.

Estos paneles emiten decisiones vinculantes para resolver la disputa, en lugar de una revisión judicial por los tribunales nacionales en casos de derechos antidumping y compensatorios. En ese sentido, el gobierno estadounidense pretende eliminar ese recurso porque en caso de que las controversias no sean dirimidas por los paneles binacionales, los gobiernos o empresas agraviadas, pueden acudir a instancias como la OMC para dirimir las diferencias.

Estados Unidos quiere borrar este mecanismo de disputa comercial, para evitar que los casos lleguen a la OMC, en donde se ha debido enfrentar el mayor número de casos frente a países del TLCAN y a los que el gobierno estadounidense alude como desiguales, porque en la mayoría de los casos, han fallado en su contra.

El gobierno mexicano tiene ante sí el gran reto de llevar a buen puerto las negociaciones del TLCAN y obtener el mayor beneficio posible para nuestro país, sin embargo, el panorama es incierto debido a que las demandas estadounidenses significan un gran obstáculo por resolver.

El TLCAN es el principal acuerdo comercial del planeta y lo que es seguro es que este bloque comercial no desaparecerá y antes de eso, los negociadores mexicanos deberán poner todos los sentidos para aprovechar y atajar todos los aspectos que puedan dejar a México en condiciones de desventaja ante un negociador que utiliza el chantaje y la intimidación como recurso para negociar.

@ijm14@OpinionLSR / @lasillarota