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La tierra del CETRAM

Los CETRAM son tierra, decíamos, suelo bien ubicado que, por tanto, posee un valor relativo superior a los terrenos que le rodean. | Roberto Remes

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Escrito en OPINIÓN el

Los Centros de Transferencia Modal, abreviados y conocidos como CETRAM, reciben miles de movimientos todos los días. Para el trabajador de la periferia son algo cotidiano. Para la ciudad representan una reserva territorial de decenas de hectáreas estratégicamente ubicadas. Para los conductores y pasajeros representan un dolor de cabeza por su alto nivel de desorganización. Para la seguridad representan un gran reto, pues en esos espacios ocurren todo tipo de delitos.

En los últimos años ha habido varios intentos por mejorarlos, algunos polémicos. Sería difícil aún tener un ejemplo ideal. Desde un primer intento en el Metro Zapata hace unos 25 años, luego un centro comercial en Ciudad Azteca, después otro en El Rosario y finalmente otro más con edificio de oficinas en Cuatro Caminos.

En la pasada administración se buscó detonar Proyectos Público Privados: Chapultepec, San Lázaro, Constitución de 1917, Martín Carrera, Zaragoza y Observatorio. Al final ninguno se concretó como estaba proyectado. El de Chapultepec sólo logró construir un paradero de autobuses temporal, mucho mejor que el chiquero que había antes, pero se canceló un edificio de 200 metros de altura; el de Constitución de 1917 pasó de un Museo del Niño a una preparatoria pública, cuando el problema no parece ser la falta de cupos en las preparatorias, sino la deserción. Detrás de ambos, aún prevalece un problema jurídico porque los inversionistas privados reclaman las inversiones que llegaron a realizar.

Pero ¿qué es estrictamente un CETRAM? Siendo fríos estamos hablando de un terreno grande con andenes, personas, y vehículos de transporte público, siempre bien ubicado, regularmente vinculado al transporte masivo. Tierra, gente y transporte. Estas tres palabras son clave.

Los CETRAM que se convirtieron en Centro Comercial han tenido un beneficio público magro. El pasajero tiene que incrementar la distancia recorrida en la vinculación entre un servicio de transporte y otro. El pasajero de Ciudad Azteca sube dos pisos, para luego bajar tres y volver a subir otro, cuando sólo busca pasar del tren al autobús o vagoneta que lo llevará a su colonia. 

Los CETRAM son tierra, decíamos, suelo bien ubicado que, por tanto, posee un valor relativo superior a los terrenos que le rodean. Si tiene un valor más alto hay actores privados interesados en ese suelo. Así como pienso que es una tontería tener un Senado amurallado y sin vistas a la calle en la mejor esquina de la Ciudad de México, es igualmente absurdo tener un terreno público junto a Paseo de la Reforma y no obtener un beneficio económico de ello, me refiero al CETRAM Chapultepec.

Cancelar un Museo del Niño, privado, para hacer una prepa pública parece justicia social. ¿Por qué hacer la prepa en un terreno caro pudiéndola hacer en un terreno más barato “cerca” del metro pero no “en” el metro? Obtener un beneficio económico a favor de la ciudad en las 4 Hectáreas de Constitución debería no sólo pagar la prepa en un terreno más barato, sino las becas para que ningún estudiante deserte.

No estoy defendiendo los proyectos de CETRAM gestionados en la pasada administración. En realidad era un uso muy limitado de los terrenos: centros comerciales. Lo que defiendo es la idea de que la Ciudad de México saque provecho de sus reservas territoriales. ¿Por qué invertir casi 500 millones de pesos del presupuesto de la ciudad, en Indios Verdes, cuando la reserva territorial podría eliminar el gasto público para la obra y el mantenimiento?

¿Cuántas familias caben en Indios Verdes si hiciéramos unidades habitacionales? Seguramente cientos. Solo en el lado poniente tenemos unas 5 hectáreas. ¿La única posibilidad en ese espacio es ordenar el transporte con cargo al erario? Vivir encima de una terminal de transporte daría la posibilidad a 5 mil personas de estar a unos pasos del andén y probablemente sólo pagar un pasaje de menos de 10 pesos para llegar a su destino, en vez de perder 3 horas y 50 pesos desde Tecámac.

Si esto se repite no sólo en los CETRAM sino en otras estaciones del metro con buenos terrenos tendremos más familias a un elevador de distancia de los andenes. A esto le podemos sumar otros servicios, como las oficinas públicas y los comercios que demanden quienes vivan allí, y encontraremos que un proyecto integral es mucho más social que las arengas justicieras con las que cancelaron los proyectos de Constitución y Chapultepec.

Podemos ser aún más ambiciosos o visionarios. Toda el área de Indios Verdes, incluyendo el paradero oriente, vías y talleres del metro, vialidad y otras instalaciones, representa 50 hectáreas. Un proyecto integral debería considerar replantear todo lo que allí ocurre, edificar encima de las vías, cosechar o infiltrar el agua que allí llueve, generar energía en las azoteas, enterrar las vialidades y crear espacios públicos sobre ellas.

Es cierto que construir centros comerciales en los CETRAM no era la única alternativa, pero erogar a fondo perdido en terrenos con alto valor y ubicación estratégica me parece peor opción. Es un error también creer que los CETRAM son “espacio público” en los que la iniciativa privada no debería participar; son espacios que tienen una funcionalidad específica, la cual puede ocurrir en uno de los niveles del terreno (idealmente no en la planta baja que es la de mayor valor tanto monetario como para la mejora del espacio público).

No gastemos recursos públicos cuando hay activos que podrían disminuir la inversión gubernamental o reemplazarla por completo por la inversión privada. El diseño de estos espacios sí debe estar en manos del gobierno, pero la inversión debe ser conjunta, con corridas financieras auditadas que maximicen el beneficio social. No desperdiciemos recursos públicos en los CETRAM, hay mejores destinos.