Aunque pareciera relevante, en realidad, es un tema poco estudiado y reflexionado desde los ámbitos académicos y de toma de decisiones a pesar de que problemáticas como las altas cifras de embarazos adolescentes no deseados, la violencia de género o la explotación sexual comercial infantil y la trata de personas tienen un vínculo directo con el ejercicio de la misma.
Ante el desafío, la línea de estudios en antropología sexual de la Dirección de Antropología Física del Instituto Nacional de Antropología e Historia llevo a cabo la XVII Semana Cultural de la Diversidad Sexual en Mérida, Yucatán, una de las entidades federativas con mayores registros de nuevas infecciones de VIH, según cifras del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida, y actualmente en proceso de evaluación para la implementación de la Alerta de Género, un mecanismo que busca reducir la violencia hacia las mujeres, sobre todo la feminicida.
La violencia ha sido el tema central de este encuentro que conjuntó a más de 30 especialistas en diferentes temáticas y responde a la necesidad de que los imaginarios y las prácticas cotidianas violentas hacen cada día más difícil la convivencia. Sobre todo en un marco estructural en el que prevalecen la impunidad y la corrupción, explicó la integrante del comité organizador, Edith Yesenia Peña Sánchez, antropóloga e investigadora, para quien el reflejo más claro de lo anterior son las miles de desapariciones de niñas, niños y mujeres, los más de mil feminicidios contabilizados año tras año, los asesinatos de integrantes de las poblaciones LGBTI, que en los últimos años han sido más de 300.
Otras problemáticas menos visibilizadas socialmente son el abuso sexual infantil, que como comentó Antonio Romero, pocas veces es denunciado debido a que no se toman en cuenta las voces infantiles y suele ser perpetrado por personas cercanas a las víctimas. O la explotación sexual comercial en el contexto de los viajes y el turismo, término que como explicó Norma Elena Negrete Aguayo, de Ecpat México, es más preciso y refleja lo que ocurre en lugares con altos flujos de turismo como Cancún, donde alrededor de 40 por ciento de las personas explotadas sexualmente son menores de 18 años, y en el que se ha identificado que hay un sector de viajantes al destino caribeño, cuya finalidad es tener encuentros sexuales con menores de edad.
La migración internacional por parte de personas LGBTI, en específico de Centroamérica, hacia México, con destino a los Estados Unidos, es un tema con muchos pendientes ante la falta de un enfoque adecuado para poder brindarles atenciones y reconocer el contexto permisivo de violencias hacia ese grupo demográfico.
El reconocimiento de la sexualidad en las personas con discapacidad ha acarreado una serie de debates con respecto a la autonomía de las mismas, la posibilidad de tener una vida sexual, el respeto a sus derechos sexuales y reproductivos y el uso de figuras como el o la acompañante sexual en aras de reconocer su derecho al placer no ha sido un aspecto a tomar en cuenta, debido a que se tutela a quienes viven con alguna discapacidad, desde un punto de vista adultocrático, asumiendo que no tienen posibilidad de decidir y discernir, como lo ha mostrado la investigación de Peña Sánchez y Lilia Hernández Albarrán.
Somos iguales, pero diferentes
El abuso sexual hacia las trabajadoras del hogar, el análisis de los programas de desarrollo social enfocados al tema de género para jóvenes, los trastornos alimenticios, el embarazo y el VIH, las masculinidades, la construcción histórica del concepto familia y género, el cuestionamiento a los protocolos de la Procuraduría General de la República para investigar feminicidios y actos de violencias hacia la población LGBTI, el papel de los medios de comunicación en la construcción de estereotipos de género e identidades, las diferentes posiciones actuales con respecto al feminismo, las posturas de las instituciones religiosas con respecto a la temática, fueron algunos de los temas abordados.
Durante cinco días, bajo el lema “Memoria y respeto sin indiferencia, somos iguales pero diferentes”, se mostró que la diversidad sexual es un concepto mucho más amplio a la orientación sexual o la identidad o expresión de género de las personas, que debe englobar a todas las posibles expresiones de sexualidad, muchas de las cuales aún no han sido nombradas pero requieren ser complejizadas, y/o abarcan a otros sectores poblacionales, comúnmente no tomados en cuenta dentro de la temática.
A manera de conclusión, se determinó la necesidad de seguir ahondando en estas temáticas en la mayor cantidad de espacios posibles, con énfasis en aquellos donde las poblaciones juveniles concurren, pero también con miras a incluir a la sociedad en general, pues la violencia, la discriminación, las violaciones a los derechos humanos afectan a todas y todos. Por eso, esta caravana de académicas, docentes, especialistas, defensores de derechos humanos, entre otros, llegará el próximo año a otro rincón del país, como lo ha hecho a lo largo de 17 años, en búsqueda de poder incidir en la construcción de una verdadera justicia social.