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La secrecía en México sobre el TLCAN

Hasta el momento no queda claro en el TLCAN los aspectos relacionados con las industrias culturales, cinematográficas y audiovisuales. | Aleida Calleja

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Escrito en OPINIÓN el

En octubre de 2017 cineastas congregados en la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) entregaron a la Secretaría de Cultura su demanda de que en la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), el gobierno mexicano no aceptara las condiciones que se proponían desde el gobierno de Estados Unidos en materia de bienes digitales, comercio electrónico y servicios transfronterizos porque afectarían de manera importante a lo que refiere a las industrias culturales audiovisuales nacionales.

Entre las principales demandas pedían que México excluyera de la negociación del TLCAN los aspectos relacionados con las industrias culturales, cinematográficas y audiovisuales, para garantizar la existencia de la producción (bienes cinematográficos y culturales) y la circulación de la expresión cinematográfica y audiovisual mexicana (servicios), para que tuvieran la protección más amplia en la medida que materializan los derechos culturales y la libertad de expresión, por lo que no se les podría considerar como simples servicios transfronterizos, ya que implican la triple dimensión de desarrollo humano (creativa, simbólica y económica).

Por ello se sumaron a la posición de Canadá para integrar la exención cultural y reforzarla considerablemente cambiando la definición actual de las industrias culturales. El cambio de la definición obedece a que sus bienes y servicios ahora pasan por nuevas plataformas tecnológicas digitales que permiten un amplio y dinámico intercambio transfronterizo en el marco del comercio electrónico, por lo que se debería eliminar toda limitación de la capacidad de México para regular o gravar los servicios de Internet que proporcionan obras audiovisuales u otras obras artísticas a los consumidores.

Ventaja para las industrias de Estados Unidos

Las propuestas en esos rubros por la administración de Donald Trump apuntan a tener una posición ventajosa para seguir manteniendo el liderazgo global en Internet que se congrega en Silicon Valley, California, algo se preveía cuando el embajador Robert Lighthizer, representante de la Oficina de Comercio envío una carta al Congreso estadounidense para reabrir la negociación del TLCAN, al afirmar que su economía y negocios han cambiado considerablemente en ese período, por lo que había que actualizar muchos capítulos del Tratado.

Hacia finales de agosto de este año, México y Estados Unidos llegaron finalmente a un acuerdo preliminar sin el tercer país socio que es Canadá. En tanto la oficina de comercio de Estados Unidos publicó de manera sucinta los puntos del acuerdo en su portal Web (que por cierto mientras escribo estas líneas el contenido ya se removió) en México no se dijo ni una palabra sobre el contenido del acuerdo por parte del gobierno, por lo que hasta la fecha no sabemos las implicaciones que tendrán para nuestro país los puntos acordados, pero de entrada todo parece indicar que en cuanto a las preocupaciones que manifestaron los cineastas, los negociadores aceptaron las condiciones de Trump. El periodista Leo Peralta en su colaboración del 13 de septiembre en el Huffpost, asegura que México hipoteca su futuro digital en el nuevo TLCAN, no lo sabemos con certeza en la medida que no conocemos exactamente lo que contienen los puntos acordados, pero existen preocupaciones al respecto. Entre los puntos preocupantes están:

-         El acuerdo elimina obligación alguna para los productos digitales en Internet como ebooks, videos, música, software, juegos, etcétera. Esto imposibilitaría a México de poder imponer una carga tributaria por ejemplo a las empresas que dotan de servicios audiovisuales como Netflix que obtienen ganancias con la fuente de ingresos del país pero que se van todas a Estados Unidos, también impediría que se le impusieran cargas regulatorias en materia de protección de audiencias infantiles y otras como ya lo está haciendo la Unión Europea para proteger a sus industrias culturales y audiovisuales, en Brasil este tipo de medidas están actualmente en discusión. Canadá sigue manteniendo la exención cultural ya que considera que el panorama mediático de Canadá estaría muy disminuido, o controlado por conglomerados estadounidenses y está exigiendo tener un campo parejo entre las cadenas canadienses y medios en línea como Amazon, Netflix y Disney[1].

-         Asegurar que los datos puedan transferirse entre fronteras y que se minimicen los límites sobre el lugar de almacenamiento y procesamiento de los datos. Al respecto el periodista Peralta también hace ver la prohibición para que autoridades financieras exijan almacenamiento local de datos, lo que implicaría que “Con esto las autoridades no podrán requerir a bancos e instituciones usuarias de información financiera sobre ciudadanos mexicanos, que tales datos queden almacenados en centros de datos ubicados en territorio nacional”. Considero que esta medida además limitaría el desarrollo de los IXP para el almacenamiento de datos en la red en el país y seguiríamos dependiendo del almacenamiento de todos los datos de la población en Estados Unidos. En 2016 la Unión Europea determinó que los datos personales de sus ciudadanos no pueden contenerse en las plataformas de internet de USA, en la medida que ya es un país confiable a raíz del escándalo del espionaje masivo de la National Security Agency (NSA) de ese país.

-         Establecer un sistema de aviso y retirada para proteger la propiedad intelectual digital, lo que implicaría la remoción de contenidos por el simple hecho de sospechar que se esta violando la propiedad intelectual, sin que exista un debido proceso judicial, contrariando las recomendaciones internacionales en la materia por parte de las Relatorías de Libertad de Expresión de Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El Congreso mexicano aprobó esta medida en el 2017, urge derogar esa reforma, que responde a los intereses de grandes industrias extranjeras y que compromete seriamente la libertad de expresión.

-         Extensión del término de copyright por 75 años y garantía de protección a través de sistemas tecnológicos para música digital, películas y libros. La aceptación de México a ésta condición viola sus obligaciones internacionales frente al Convenio de Berna para la protección de las Obras Literarias y Artísticas y otros más firmados y ratificados por el Estado mexicano.

Al dejar los bienes culturales como meros bienes industriales, el gobierno mexicano ignoraría las demandas que desde el año pasado exigieron los creadores audiovisuales y se pondrían restricciones para que nuestro país pueda debatir libremente las regulaciones y políticas públicas que considere conveniente en el nuevo entorno digital en todos sus aspectos. Pero no estaremos seguros sobre esto sino hasta que conozcamos realmente el texto acordado, hasta ahora la mayor parte de la prensa se ha centrado en temas como el sector automotriz, pero sobre el comercio electrónico y bienes digitales se sabe entre poco y nada. La secrecía en la que se mantienen los acuerdos es inaceptable, pues en ello va el futuro del país.

[1] https://www.huffingtonpost.com.mx/jerry-dias/canada-no-puede-aceptar-un-tlcan-que-borre-nuestra-cultura_a_23523092/

Desregular no es la solución

@callejag  | @OpinionLSR | @lasillarota