Main logo

La revuelta de jornaleros y complicidad gubernamental

Hay familias completas afectadas en sus derechos laborales, hombres y mujeres, hasta menores de edad laborando y no se sabe que haya algún patrón sancionado.

Por
Escrito en OPINIÓN el

Hay hechos incomprensibles en la revuelta de los jornaleros del Valle de San Quintín como es el actuar cómplice de las autoridades implicadas. No sólo de ese gobernador californiano, Francisco Vega de la Madrid, sino también de las autoridades federales que deberían velar por el cumplimiento de la ley laboral, pero contrariamente a sus obligaciones, permanecen pasivos apostando al desgaste de los jornaleros.

 

Es un conflicto que afecta a cerca de 60 mil jornaleros cansados de la violación constante a sus derechos y pago miserable de sus salarios.

 

Por todos lados se tienen reportes de protestas de labriegos ante las autoridades municipales y estatales, y nadie les hace caso. Ellos ingenuamente hasta piden que en las negociaciones estén representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) porque no confían en las autoridades laborales mexicanas.

 

Los grupos campesinos lo que no saben es que la OIT es una instancia que no sirve para esos menesteres. No es una autoridad que esté vigilando aquí o allá que violaciones cometen los gobiernos de todo el mundo. No tiene inspectores al instante o mediadores que actúen para estos casos, a menos que por una razón extraordinaria todas las partes se lo solicitaran, pero eso no va a suceder.

 

El gobierno mexicano lo que menos quiere es que se sepa de su indolencia (aunque esté a la vista de todos) y a los patrones no les simpatiza que haya la presencia de estos funcionarios internacionales. ¿Para qué?, dicen ellos, si tenemos a las autoridades laborales mexicanas (para solaparlos).

 

Los campesinos se quejan de no estar afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social y esta autoridad hace el menor ruido posible para no llamar la atención.  La Ley del Seguro Social (LSS) le obliga a presentar denuncias penales y aplicar multas contra los patrones omisos.

 

El artículo 304 de la LSS dice que cuando los patrones incumplan con sus obligaciones “serán sancionados con multa del cuarenta al cien por ciento del concepto omitido”. En este caso la infracción que cometen en contra de los campesinos se da desde la fecha de su ingreso hasta el día de hoy más los días que sigan transcurriendo.

 

La multa que debería aplicarse en contra de esos patrones es millonaria, sumado al pago de las inscripciones retroactivas al IMSS que se adeuda a los trabajadores. Pero al IMSS no se le ve por ningún lado.

 

El artículo 307 de la LSS dice que cometen el delito de defraudación, los patrones “que obtengan un beneficio indebido con perjuicio al Instituto o a los trabajadores”.

 

Las penalidades van de 3 meses a dos años de prisión “cuando el monto de lo defraudado “no exceda de trece mil salarios mínimos diarios vigentes en el DF” equivalente a 911 mil 300 pesos.

 

También están previstas sanciones con prisión de 2 a 5 años para aquellos patrones en que el monto de lo defraudado exceda de los 13 mil salarios mínimos hasta 19 mil salarios mínimos (1 millón 331 mil 900 pesos). Cuando rebase esta cifra la sanción será de 5 a 9 años de prisión.

 

¿Qué esperan las autoridades del IMSS para actuar? Las denuncias penales en contra de los dueños de las fincas ante la Procuraduría General de la República no deberían hacerse esperar. Pero todo lo contrario hay una omisión cómplice vergonzosa.  Por ahí se ha dicho que tendrán seguridad social, que se calmen, les dicen a los labriegos pero todo suena a engaño.

 

Hay familias completas afectadas en sus derechos laborales, hombres y mujeres, hasta menores de edad laborando y no se sabe que haya algún patrón sancionado.

 

Por el contrario decenas de jornaleros que protestaron en días pasados en la carretera transpeninsular fueron detenidos y golpeados por la policía. A ellos si se les aplicó la ley con prontitud pero a los patrones ni con el pétalo de una rosa se les molesta.

 

El conflicto en el Valle de San Quintín es un reflejo de lo que pasa en el país con todos los trabajadores a los que se pisotean sus derechos pero también del penoso papel de las autoridades. Pero igualmente esta digna revuelta es un ejemplo de que la protesta y organización de los trabajadores es el mejor instrumento para defender sus derechos.

 

Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx     Twitter: @Manuel_FuentesM