El pico más alto de contagios por Covid-19 en México fue en enero. Los hospitales desbordados y los decesos iban al alza.
Ya se ha probado que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha ocultado las cifras reales de muertes por el coronavirus.
Lo que sucedía oficialmente en esos momentos, sin embargo, era preocupante.
Pero en la administración obradorista eso no importaba.
Justo en ese momento el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán no pudo comprar dos equipos de membrana para terapia de oxigenación extracorpórea con un valor de casi 7 millones de pesos. Su presupuesto no se lo permitía.
El director general del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, David Kershenobich, solicitó el 28 de enero autorización de compra a la Unidad de Inversiones de la SHCP, por un monto de 6 millones 912 mil pesos, según el oficio DPYMC/24/2021.
El experimentado médico argumentó el criterio de excepción establecido en el artículo 34 de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, “por considerar que la contingencia sanitaria por la que atraviesa el país se ubica y se asimila a la naturaleza de un desastre natural”.
El equipo no fue adquirido con los recursos del Instituto, pero a cambio la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se comprometió a donarlos… con la promesa de entregarlos entre agosto y septiembre, es decir, ocho meses después del pico que se dio en los contagios.
El Instituto entregó a Hacienda una cotización de una empresa de Jalisco para la compra del equipo. En ella se establecía que si adquirían los dos aparatos los podrían entregar en unas 25 semanas, es decir, entre agosto y septiembre de este año.
Es entendible que compras de este tipo puedan tener un periodo largo para su entrega, así se trate de dos sistemas para terapia de oxigenación por membrana extracorpórea marca Getinge-Maquet modelo Cardiohelp.
Hasta donde fue posible saber, en el Instituto Nacional de Cardiología también pasaron por las mismas vicisitudes: solicitar recursos de emergencia, pero no se les liberaban.
¿Acaso la Secretaría de Salud y la misma Secretaría de Hacienda no podían privilegiar este tipo de inversiones justo en el pico más alto de contagios y de decesos? ¿No podían hacer lo posible para que pudieran recibir más pronto y no irse a lista de espera por ocho meses y conseguirlos en alguna parte del mundo de manera inmediata?
Pero no, dejaron solo al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y optaron por la donación y para una recepción, ojalá así sea, por ahí de agosto o septiembre próximos.
Así las prioridades de este gobierno.
Punto y aparte. La salida de Irma Eréndira Sandoval y de Gabriel García del entorno presidencial demuestra las graves fisuras derivadas del sismo electoral del 6J en dos vertientes: el fracaso de las políticas social (y electoral) y anticorrupción; asimismo, que las alas ultras de la 4T pierden terreno rumbo al 2024.
Punto final. Sandra Cuevas comenzó a tomar el control de la alcaldía Cuauhtémoc, incluso con recorridos -en persona, vale recalcar- por inundaciones. Y Dolores Padierna también inició movilizaciones. No será un día de campo, pero nos dicen que liderazgos de Acción Nacional arroparán a Cuevas. Abróchense los cinturones.