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La política y el dinero

México tiene que cambiar su forma de entender al dinero y al poder.

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Escrito en OPINIÓN el

Hace sólo unos días, previo a tomar unas vacaciones (merecidas o no), el presidente de la República, en el marco de la promulgación del Sistema Nacional Anticorrupción, pidió una disculpa pública reconociendo que su “Casa Blanca” había despertado la molestia de los mexicanos y que había sentido esa molestia constantemente.

 

El martes, una vez más, se asoma otro conflicto de intereses entre el presidente, su esposa, un contratista, una propiedad en Miami y un medio estadounidense de comunicación que nos dio a conocer la historia. Ni un mes dejó pasar de la venta de su “Casa Blanca” para toparnos de nuevo con otro problema de corrupción.

 

Evidentemente no es el único problema que involucra directamente al presidente ni tampoco es el único caso en el gobierno federal. Seguimos sin ver justicia sobre la famosa casa de Malinalco del secretario de Hacienda y sobre todas la propiedades que fueron evidenciadas de personajes del gabinete. También en gobiernos locales hemos visto propiedades de muchos priístas que van del gobernador de Chihuahua a los amigos de Duarte en Veracruz que siguen saliendo pero el problema es de raíz, es cambiar de lleno la forma de entender el poder y la forma de vida de los poderosos. Algunos puntos al respecto:

 

  • La política es un trabajo como cualquier otro. Mucha gente cree que es muy bien pagado pero en realidad no lo es. Si comparamos un puesto como el del presidente de la República o del Congreso de la Unión, con el presidente del consejo de administración de una gran empresa trasnacional o mexicana es fácil notar que no son ni comparables los ingresos. Eso tiene una razón, a la política no debe de llegar nadie que busque ser millonario porque no da para eso… o dicho en otras palabras: si quieres tener una pareja, una casa y una familia normal la política alcanza pero si quieres tener más de pareja, más de una casa y más de una familia la política simplemente no da (sin corrupción) para ello.

 

  • Si una persona sólo se ha dedicado a la política y ha tenido una carrera normal (sin heredar fortunas o combinar otros trabajos) en la que ha sido diputado, senador o incluso gobernador, no hay forma de que haga un patrimonio grande. Un diputado federal gana alrededor de millón y medio de pesos al año, un senador casi el doble y un gobernador no debe pasar de los dos millones y medio al año. Si ustedes notan que un diputado se compra una casa de 15 millones de pesos, un gobernador tiene propiedades es todo el sur de Estados Unidos o el presidente de la República compra o vive en una casa de más de 60 millones de pesos, no lo dude, es un corrupto.

 

  • El poder y el dinero se entienden un todo pero en realidad no lo son… Quien hace dinero del poder lo hace por corrupción sin embargo es mucho más natural cuando una persona a partir del dinero busca tener poder.

 

México tiene que cambiar su forma de entender al dinero y al poder. Un político que llega a cargos sin patrimonio y sale con un patrimonio que no se puede respaldar en sus percepciones legales debería de estar en la cárcel.

 

Cuando aprendamos que el poder no es rentable y que a partir del gobierno no se deberían poder hacer ni capitales ni patrimonios; cuando se deseche la máxima del fundador del grupo Atlacomulco de “político pobre, pobre político” se podrá ver a la política como una trinchera de servicio y no como un refugio para oportunistas y corruptos.

 

@JulioCastilloL

@OpinionLSR

 

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