Main logo

La literatura se nutre de la comunicación y su oralidad

La literatura se nutre de la comunicación y su oralidad, dando pie a que exista a través de las letras y el lenguaje que ellas forman. | Jorge Iván Garduño

Por
Escrito en OPINIÓN el

En el principio, en los primeros años de la humanidad existía solamente la palabra oral y la comunicación pictográfica o visual.

El lenguaje dominaba sobre la faz de la tierra, por medio de él se conocía lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo agradable y lo desagradable. Es gracias al lenguaje a que podemos entender1 las ideas de otras personas, es gracias al lenguaje que podemos transmitir el conocimiento a otros pueblos y, gracias al lenguaje nos hemos organizado e ideado maneras de plasmar nuestro lenguaje de manera visual.

La escritura aparece cuando la vida de los hombres se volvió demasiado compleja y por consecuencia la retención en la memoria de sus conocimientos, leyes, preceptos, compromisos, alianzas, leyendas, historias y oralidades se les dificultaba para transmitirlas a terceras y cuartas generaciones.

Una vez creada la escritura, los hombres plasmaron en arcilla, papiro, piedra, concha, hueso y madera sus pensamientos y emociones, lo que originó la literatura, que a su vez dio lugar al comienzo de la Historia.

Desde mediados del cuarto milenio a.C., la historia registra los primeros vestigios de nuestra civilización provenientes de los sumerios, que habitaron la cuenca de los ríos Tigris y Éufrates, en Mesopotamia, en el territorio que hoy forma parte de Irak. Este pueblo creó la escritura cuneiforme, llamada así, porque sus signos tienen forma de cuña (a los primeros descubridores les recordaron huellas de pájaros que hubieran corrido sobre arena mojada).

De esta cultura nos llegan los datos más antiguos de los que tenemos referencia con respecto a una civilización, y esos datos a los cuales hacemos referencia nos han sido legados a manera de tablas escritas de forma comprensible al ser traducidas en las lenguas modernas.

Los casos del “Código de Hammurabi”, donde su valor radica en lo histórico o sociológico más que en lo literario, y la “Epopeya de Gilgamesh”, considerado uno de los documentos de carácter literario más antiguos del que se tenga referencia y, que en su tema central nos recuerda en gran medida a los relatos que se encuentran en los primeros seis capítulos del libro del Génesis, en la Biblia; estos son los casos de escritura más sobresalientes, aunque no los únicos, de estas civilizaciones que florecieron en los albores de la humanidad en el actual territorio iraquí.

Junto con los sumerios, existe además otra civilización de donde se ha logrado preservar documentos tan antiguos como la de los sumerios, me refiero al pueblo egipcio, de origen africano y de escritura pictográfica, a la que se le ha denominado “jeroglífica”.

De esta cultura destacan los siguientes escritos: “Textos de las pirámides”, “Textos de los sarcófagos”, “Libros de los muertos” y “Sinuhé”, todos ellos vinculados, en mayor o en menor medida, a la importancia que concedían los egipcios a la vida y a su visión de ultratumba.

Más tarde llega en el panorama histórico de la literatura los documentos chinos, donde los más antiguos se encuentran inscritos en objetos de hueso y concha, sin embargo, debido a la complejidad de la pictografía de los caracteres antiguos de la escritura china y a la gran variedad de posibilidades, aún no se ha podido descifrar en su totalidad los textos más remotos de esta cultura.

La recopilación poética de mayor antigüedad de la civilización china es “El libro de los versos” (“Shijing”), donde los autores anónimos no se preocuparon por la esteticidad literaria, sino más bien por reflejar los sentimientos religiosos de manera directa, sencilla y dejando a un lado la retórica.

Estas tres grandes civilizaciones han aportado gran conocimiento a la humanidad, su desarrollo en las instituciones, en la política, en la vida pública, en las artes, en la literatura, y en tantos otros rubros fueron influenciando transitoriamente a los pueblos que conquistaban o que los conquistaban.

Pero antes de continuar, debemos hacernos una pregunta existente a fin de dar continuidad a esta breve explicación de lo que pretende ser un marco de referencia para entender la literatura, y es precisamente en las respuestas  de ¿qué es la literatura?, y ¿qué función tiene dentro de la estructura social?, donde encontraremos ese apoyo que necesitamos a fin de dar una mejor explicación al hecho literario.

En principio entendamos que la literatura se nutre de la comunicación y su oralidad, dando pie a que exista a través de las letras y el lenguaje que ellas forman, manifestándose de manera visual, oral o escrita, así es que la literatura surge primeramente en la concepción humana, quien es la que se encarga de construir y plasmar verbalmente, mediante técnicas artificiales, un mundo de imágenes literarias que es el producto del mundo del escritor a los ojos y oídos de quien la contempla sensorial y conceptualmente, obteniendo un valor estético e intelectual desde el momento de su concepción y a través del tiempo.

Y es precisamente a través del tiempo que han surgido en el seno de las civilizaciones los escritores, una suerte de alquimistas venidos en la noche por asalto, con la única intención de expresar literariamente una forma del lenguaje que toma el rol a manera de memoria social.

1.  Párrafo estructurado a partir de un texto de Upanishads.