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La Independencia nos libró de nuestros héroes

La Independencia de México que se celebra cada 16 de septiembre, es una imprecisión de la historia.

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Escrito en OPINIÓN el

Puesto que si bien Miguel Hidalgo convocó a las huestes populares el 15 de septiembre, no fue consumada sino hasta el 27 de septiembre de 1821.

 

En el grito de Dolores, Hidalgo hizo un llamamiento al regreso de Fernando VII (el Deseado e hijo de Carlos IV), como legítimo Rey de España. Pues en esa época, Napoleón Bonaparte había impuesto a su hermano José Bonaparte (Pepe Botella) a la cabeza de la corona española. La razón histórica de ello, es que padre e hijo pidieron al emperador de los franceses mediar en el conflicto sucesorio y, una vez en España, Bonaparte dejó a su hermano al frente de la monarquía.

 

El 16 de septiembre como símbolo de la soberanía nacional, más que clamar por la Independencia de México, fue un llamado a la emancipación de los franceses. Por ello, el inicio del movimiento independiente clamó y deseó el retorno de Fernando VII.

 

Pasados los años, la revolución insurgente había perdido fuerza y casi todos sus líderes habían muerto: Hidalgo, Allende, Aldama, Abasolo, Morelos, Mina, Galeana y muchos más. El último reducto de la Independencia de México, era sostenido por Vicente Guerrero en la zona montañosa del actual Estado de Guerrero. Siendo Virrey Juan Ruiz de Apodaca, envió al general realista Agustín de Iturbide, a acabar con el líder del movimiento. Sin embargo, Iturbide dio la espalda y engaño a los realistas y al Virrey y decidió acordar con Guerrero la paz definitiva y la independencia de México.

 

Este evento es recordado con el abrazo de Acatempan, que aparentemente no sucedió, pues se dice que Guerrero sufría de vitíligo, que en ese entonces se consideraba contagioso. Pero sea de una forma u otra, el Plan de Iguala fue declarado y los Tratados de Córdoba firmados, consumando la independencia nacional. Es así que el Ejército de las Tres Garantías entró triunfal en la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 y el mismo 28 se firmó el acta de independencia.

 

Agustín de Iturbide nació el 27 de septiembre de 1783 e hizo coincidir la entrada del Ejército trigarante, con el día de su cumpleaños. Sin embargo y a pesar de que la independencia se consumó en esa fecha, recordamos el día que dio inicio. Más aún, el grito de independencia no lo conmemoramos el 16, sino el 15, gracias a que Porfirio Díaz retrasó unas horas los festejos para que coincidiera con su cumpleaños. Así ha sido la megalomanía de la historia mexicana. La historia nacional ha preferido festejar el cumpleaños de Díaz que el de Iturbide.

 

Sea 1810 o 1821, la vida independiente de México nació convulsa y llena de dudas sobre su subsistencia. No hace más falta que ver cuál fue el paradero de los hombres que realmente nos dieron patria: Iturbide y Guerrero. El primero, proclamado emperador y luego desterrado, fue capturado en Soto la Marina, y fue fusilado por orden del Congreso en Padilla, Tamaulipas. Guerrero, quien fue el segundo presidente de México después de Guadalupe Victoria (José Ramón Fernández Félix), fue capturado con engaños por Francisco Picaluga, quien lo invitó a comer en su barco Colombo. Una vez dentro, lo apresó y fue trasladado hasta Culiapam, Oaxaca, donde también fue fusilado.  La traición fue orquestada por el vicepresidente Anastasio Bustamante.

 

Nuestra historia está llena de contradicciones y sobresaltos, como festejar el grito de Hidalgo el 16 de septiembre, siendo que lo que realmente quería era el retorno de Fernando VII; o el 15, para que coincidiera con el cumpleaños de Porfirio Díaz; o el 27, que, en su caso, coincidiría con la fecha de nacimiento de Iturbide. Y aun así, lo más convulso de todo ello, es que los dos personajes que consumaron la independencia murieron en el paredón de fusilamiento. Por más que se quiera justificar la impudicia de Iturbide o la ausencia de autoridad de Guerrero, fueron los personajes que, con pragmatismo, posibilitaron la Independencia de México.

 

Sería lo mismo imaginar que los estadounidenses hubieran fusilado a Washington, Adams o Jefferson. Así como Octavio Paz relata que somos hijos de una violación, de Cortés a la Malinche (Malinalli), nuestra historia independiente comienza con el fusilamiento de los dos personajes que posibilitaron realmente la existencia del México independiente. Así murieron los héroes que nos dieron patria.

 

@gstagle