La multa de 67.1 millones de pesos impuesta al Partido Verde por el INE es insuficiente.
Si se aplicara la ley lo que tendría que estar sobre la mesa debería ser la cancelación del registro de esa organización y no se hace porque detrás de ella están Enrique Peña Nieto y el PRI.
Dirán que se cumplió la ley porque originalmente se tenía proyectada que fuera de 35.7 millones, que las autoridades electorales actuaron rigurosamente. Sin embargo, no es así. El INE se conformó con creer en los contratos publicitarios por la transmisión de los llamados cineminutos y los montos plasmados en ellos. Pero no investigó a fondo. Tan sólo en estos mensajes el gasto del Verde puede llegar a unos 800 millones de pesos.
Lo cierto es que la propaganda en cines desplegada por el partido de la familia González Torres aunque millonaria es apenas la punta del iceberg que incluye, entre otros rubros, espectaculares, paraderos, vallas, tarjetas y vales de descuento, inserciones en revistas, mensajes a teléfonos celulares, envolturas para tortillas así como publicidad encubierta y abierta en medios electrónicos.
La pregunta que no se hicieron en el INE es de dónde salen las millonarias sumas para promocionar al Verde porque a todas luces sus prerrogativas no les alcanzarían para enderezar una campaña de esa envergadura. Sin embargo, la autoridad electoral no siguió el rastro del dinero. Se limitó a creer en las pruebas que aportó el propio acusado y se contentó con imponer una sanción económica que poco le interesa a ese partido.
Tan es así que la sesión en la que se anunció la multa fue utilizada por el Partido Verde para lanzar la nueva etapa de su campaña en donde se usan frases como "nos quieren cerrar el pico" o "nos quieren cortar las alas". Ahí frente a los consejeros electorales se exhibió la identidad gráfica de la propaganda con el objetivo de utilizar la atención mediática para posicionarla utilizado al Consejo General del INE y a sus miembros como escenografía del nuevo spot.
¿Por qué lo hacen? ¡Porque pueden! Porque cuentan con el respaldo del presidente, de su partido y del bloque de consejeros afines. Los verdes ya anunciaron que apelarán ante el tribunal y no es difícil adivinar cuál será el fallo. El verde es el color de la impunidad.