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La hora de la mariguana

Legalizar la mariguana es una manera eficaz de combatir la violencia que genera el narcotráfico y proteger a las personas jóvenes. | Jaime Rochín

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Escrito en OPINIÓN el

El congreso mexicano aprobará, a más tardar el 30 de abril, las reformas legales que permitirán el uso lúdico y medicinal de la mariguana; México será el tercer país del continente (después de Canadá y Uruguay) que lo permite legalmente para ambos fines.

En noviembre del 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que prohibir el uso personal de la cannabis es inconstitucional porque atenta contra el derecho al libre desarrollo de la personalidad. A partir de ese momento, la Primera Sala ha fallado en el mismo sentido en cuatro casos más, con lo que obligó al Congreso a modificar varios artículos de la Ley General de Salud y abrió la puerta para la regulación de la producción, comercio y consumo de la mariguana.

El máximo tribunal llegó a esta conclusión a partir de un amparo presentado por 4 personas y una Asociación Civil, dada la negativa de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de autorizarles el consumo personal de la cannabis con fines recreativos, en virtud de estar prohibido dicho uso por la Ley General de Salud. La Corte resolvió que dichas normas vulneran el derecho al libre desarrollo de la personalidad, consistente en que toda persona tiene derecho a elegir de manera libre y autónoma su proyecto de vida, mismo que debe ser reconocido por el Estado y permite que todas las personas adultas decidan, sin intercepciones, qué tipo de actividades lúdicas quieren realizar. Aunque este derecho no está expresamente reconocido en la Constitución, se deriva del derecho a la dignidad previsto en artículo primero de la norma suprema.

La Corte determinó que dicha medida es inconstitucional, ya que existen alternativas que garantizan en mayor medida la protección de los derechos a la salud y el orden público, sin afectar el derecho de los usuarios al libre desarrollo de la personalidad. En ese sentido, se señala que el consumo de la cannabis no debe afectar a terceros, por lo que no podrá realizarse frente a personas menores de edad o en lugares públicos, entre otras limitaciones razonables.

A partir de dicha resolución, en el Congreso mexicano se han presentado diversas iniciativas de ley para regular su uso. De hecho, en 2017 se dio un primer paso con la aprobación legal del uso medicinal de la planta; sin embargo, esta reforma es letra muerta ya que COFEPRIS no la ha reglamentado, lo cual impide que el cannabidiol, que es la sustancia medicinal de la mariguana, se pueda comercializar en México, siendo que las personas que la necesitan deben comprarla a empresas extranjeras y a un precio muy elevado.

La política prohibicionista respecto a las drogas ha fracasado rotundamente en todo el mundo: no ha protegido la salud de las personas usuarias, ni ha afectado a los grupos delictivos que la trafican (vale la pena voltear a ver el caso de Portugal, que despenalizó todas las drogas y fortaleció el sistema de salud pública, así como los programas de asistencia y tratamiento, con resultados sorprendentes en materia de salud y seguridad pública).

La legalización con fines lúdicos, si se plantea correctamente, logrará minimizar los riesgos del consumo, implementar políticas públicas y controlar la calidad de las sustancias que se ofrecen (de hecho, los impuestos que se recaben, podrían usarse para esos fines). Por otra parte, y esto es muy relevante, es una manera eficaz de combatir la violencia que genera el narcotráfico y proteger a las personas jóvenes, quienes están más expuestas a caer en situaciones de conflicto con la ley. Se trata, pues, de algo más profundo que el derecho de las personas al libre desarrollo de la personalidad: es un paso decisivo hacia la pacificación del país, una labor que cada día cobra mayor urgencia.

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