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La historia detrás de la pandemia

Contamos las muertes colaterales que ha dejado el coronavirus. | Jorge Ramos Pérez

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Escrito en OPINIÓN el

Hace una semana salió a la venta el libro electrónico “La historia oscura detrás de la pandemia. El baile de cifras de López-Gatell” que comenzó a escribirse en abril de este año, cuando en La Silla Rota detectamos inconsistencias al revisar las bases de datos abiertos de covid-19 que publica la Secretaría de Salud.

Además de demostrar los errores se pone rostro a quienes han padecido los estragos de esta pandemia.

Mariluz Roldán, coordinadora de este texto periodístico, y otros seis compañeros recogieron historias de ciudadanos de carne y hueso que sufrieron el impacto de los recortes presupuestales y cómo estaba el sector salud, que arrastraba una serie de añejos problemas, una tarea aún por revisar más a fondo.

Cabe mencionar que se solicitó entrevista con Hugo López-Gatell en todo momento. Incluso a él personalmente, pero no accedió.

Al revisar las bases de datos los hallazgos iban desde casos positivos de coronavirus anteriores al que se había reportado como el primer caso confirmado del 28 de febrero, pero que poco a poco fueron eliminados al ser catalogados como “errores de registro”.

También se detectó que los servicios estatales de salud de los estados tienen registrados más casos y muertes por covid-19 que los que reporta la Secretaría de Salud.

Esto ocurrió antes de la queja o denuncia de gobernadores como los de Baja California, Puebla y Tabasco. Adán Augusto, el de Tabasco, en un video donde lo grabaron in fraganti dijo que no sabía de dónde sacaba sus cifras López-Gatell.

A lo largo de los últimos meses encontramos, por ejemplo, que casi el 10% de las personas que han muerto por covid-19 las han enviado a morir a su casa porque las trataron como pacientes ambulatorios, como si tuvieran una forma leve de covid-19 y que lamentablemente después de eso fallecieron.

Lo peor es que el dato se mantiene. Apenas a inicios de agosto López-Gatell llamó a la gente a que si sentía síntomas no se esperara y se fuera a un hospital, pero son cientos los que aún con síntomas y diagnóstico los mandan a morir a su casa.

Poco a poco fuimos descubriendo otra realidad que iban mostrando los datos sobre coronavirus en México. El 8 de mayo The New York Times y The Wall Street Journal se sumaron a lo que los medios mexicanos, señaladamente La Silla Rota, habían expuesto: el subregistro en las defunciones de covid-19, aunque sin fuentes concretas.

El 1 de julio dimos a conocer en La Silla Rota que había un subregistro de 18 mil 42 muertes por covid-19, ya que los datos del Registro Nacional de Población (Renapo) hasta el 19 de junio indicaban que había 38 mil 815 muertes, pero la Secretaría de Salud sólo tenía registradas 20 mil 394. The Wall Street Journal refirió este reporte de La Silla Rota en una de sus publicaciones.

En el libro hay una sección de análisis en la que colaboró José Narro Robles, ex rector de la UNAM y ex secretario de Salud, quien explicó a detalle cómo algunos casos de covid-19 se están catalogando como influenza.

Jorge Andrés Castañeda, especialista en análisis de corrupción, transparencia y rendición de cuentas, participó con un análisis sobre el desfase en el registro de las muertes de coronavirus en los datos oficiales.

Malaquías López, investigador de la UNAM y vocero del covid-19 de esta universidad, disertó sobre la necesidad de golpe de timón en la estrategia del gobierno para hacer frente a la pandemia de covid-19.

El prólogo de este libro es de la pluma de Roberto Rock, director general de La Silla Rota, quien relata la acumulación de agravios que se ha registrado en el Sector Salud.

En este proyecto participaron también siete reporteros y corresponsales de La Silla Rota, quienes retrataron en 13 historias las diferentes formas en las que el covid-19 ha impactado a la población.

Desde el joven que estuvo intubado y asegura que resistió porque sueña con casarse con su novia, hasta otras familias que no tuvieron esa suerte y lamentablemente perdieron a un ser querido por este virus, aunque en varios de esos casos no lo saben con certeza porque no les hicieron la prueba en los hospitales donde los atendieron.

En otras de las historias mostramos el doloroso duelo que viven quienes pierden a un familiar por coronavirus, ya que no vuelven a verlos, sólo pueden despedirse de ella o él al recibir las cenizas.

Relatamos también el temor que enfrentan los trabajadores de la salud, quienes al inicio de la pandemia no contaban con el equipo de protección necesario y porque han visto caer enfermos o morir a sus compañeros.

En estas historias contamos las muertes colaterales que ha dejado el coronavirus, ya que se dejó de atender a quienes tenían otros padecimientos como cáncer e insuficiencia renal.

Punto y aparte. Desde 2017 hay discrepancias entre lo que decide el INE y lo que le corrige o modifica el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En democracia es sano, pero en ocasiones pareciera que las consignas políticas empañan decisiones.

Punto final. Se cumplieron 50 días de la llegada de Lozoya a México. Ninguna imagen y ninguna certeza de que esta donde dice la autoridad que está. Y, por cierto, ¿por qué no se procedió contra Eduardo Medina Mora? Por esto es que la lucha contra la corrupción es un espejismo. Aún están a tiempo de demostrar lo contrario.

Pd. Para esta columna agradezco la colaboración de Mariluz Roldán.