El pasado domingo 3 de agosto el periódico El Universal publicó una extensa entrevista con Jesús Ortega, el jefe del grupo de los llamados “Chuchos”, que mantiene el control del PRD.
El “Chucho” mayor dijo, entre otras cosas, Morena es un partido con “una visión fanática, intolerante, populista, demagógica, anacrónica, a veces de un nacionalismo pernicioso, anclada en el pasado, tratando de repetir la historia como farsa”, lo que fue interpretado por buena parte de la clase política mexicana como la ruptura definitiva entre dos de los grandes líderes que ha tenido el PRD.
Hasta este martes no se había producido una respuesta oficial por parte de López Obrador quien, sin embargo, sí movió a algunos de sus “soldaditos” para cuestionar la declaración de Ortega.
Lo importante de la confrontación, a pesar de todo, es que resulta increíble que 20 años después de que comenzó el crecimiento del liderazgo de López Obrador, el señor Jesús Ortega se haya percatado que el tabasqueño y su partido, no representan la izquierda mexicana, que son un grupo político de “fanáticos, intolerantes, populistas y demagogos”, y que por tanto no representan a la izquierda.
¿Por qué hasta ahora se dieron cuenta Jesús Ortega y “Los Chuchos”, de esa verdad?
Lo cierto es que el grupo de Ortega siempre conoció, estuvo enterado y supo que el señor López Obrador es “intolerante, populista y demagogo”, pero en su momento -2006 y 2012- era políticamente incorrecto enfrentarse al “dios de las izquierdas”.
Es decir, que si Jesús Ortega, en particular, y “Los Chuchos” en general, siempre supieron quién es y de qué está hecho el señor López Obrador, nunca antes lo expresaron de esa manera, porque en los dos momentos decisivos para la izquierda; 2006 y 2012, eran muchas las posibilidades de que López Obrador se convirtiera en el presidente de todos los mexicanos.
Pelearse con López Obrador en esos momentos habría sido el suicidio político.
Por eso, en esos dos momentos y a lo largo de casi 20 años, “Los Chuchos toleraron, soportaron y padecieron los embates del lopezobradorismo. Sin embargo, hoy la realidad política es muy distinta. ¿Por qué?
Porque las posibilidades presidenciales de López Obrador están remotas, porque es posible que el partido de AMLO, Morena, termine como un mero grupo testimonial del movimiento lopezobradorista y, sobretodo, porque “Los Chuchos” son dueños políticos de la mayor franquicia de la llamada izquierda mexicana.
Porque en el fondo, el actual es el mejor momento para iniciar una guerra como la que arrancó Jesús Ortega contra Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué?
Porque ante la inminencia del proceso electoral de 2015, el partido amarillo está obligado a deslindarse, de manera contundente, de López Obrador y de Morena.
Más aún, Jesús Ortega y “Los Chuchos” iniciarán un proceso de cuestionamientos sobre la identidad de Morena.
Dicho de otro modo; dejarán latente la pregunta en amplios sectores sociales: ¿Morena es un partido de derecha o de izquierda?