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La gira

Son dueños de tierras, pero aquí faltan las oportunidades. Las empresas acopiadoras de leche compran el litro a los productores a 3 o 4 pesos.

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Escrito en OPINIÓN el

 

Recorrer Chiapas es placentero y, a veces, doloroso. Ver en los rostros cetrinos de sus habitantes la necesidad, el abandono y el hambre golpea y golpea muy fuerte. Los políticos tradicionales sólo despachan desde sus aclimatadas oficinas. No recorren los ejidos, barrios, comunidades, calles, plazuelas y sólo se alimentan de la información sesgada que les llega.

 

En el pueblo colonial de Sunuapa, cuyo nombre significa “Río de los jonotes", que se formó tras la reducción de la Corona española vive Arvey Hernández Ravel, un joven de 22 años a quien la desgracia pareció caerle encima: Fue abandonado por sus padres y tiene la pierna dañada y su casa transpira miseria, esa miseria que es una bofetada para aquellos que creen que ya se superó la pobreza.

 

Arvey tiene en sus manos una navaja. Juega con ella y pequeñas lágrimas parecieran escaparse en medio de la frustración, de sentir que nada tiene y que en su juventud no tiene oportunidades para crecer.

 

Y así como este joven campesino otros muchos, millares de la zona norte de Chiapas subsisten y resisten no sólo el embate de la naturaleza que golpea a quienes viven en el límite de las montañas del norte y la llanura, en los límites de otros poblados como Pichucalco y Ostuacán. Viven, literalmente, en los límites de la miseria. Los habitantes de estas ricas y vastas tierras viven empobrecidos pese a la riqueza de sus ríos y las grandes extensiones de cacao y zonas ganaderas.

 

Son dueños de tierras, pero aquí faltan las oportunidades. Las empresas acopiadoras de leche compran el litro a los productores a 3 o 4 pesos; las plantaciones de cacao son improductivas. La plaga ha desplomado la producción y los comuneros solo obtienen un poco de recurso para sortear el hambre.

 

Por eso es que cuando un político llega, se encabronan. No les falta razón. Por estas tierras y otras como Ostuacán, Pichucalco, Juárez o Sunuapa falta mucho. Allá en el auditorio de Sunuapa unas 300 mujeres que se congregaron para sumarse al partido Mover a Chiapas reclaman que el alcalde Lorenzo Vázquez Vázquez no atienda ese municipio; que la carretera esté destruida y que no mueva un solo dedo para ayudarlo en épocas de desgracias cuando las inundaciones arrasan con todo.

 

Mover a Chiapas, explica su líder moral, Enoc Hernández, es una nueva expresión y plataforma política y un espacio de participación plural en la que son bienvenidas todas las corrientes ideológicas y asegura que este movimiento está de moda en el estado.

 

En una amplia gira que inició en este municipio que lo llevó el fin de semana a Juárez, Pichucalco y Sunuapa, el dirigente político dijo: “Nos interesa la vida política del estado y no hay otra vía cómo hacerla más que a través de los partidos políticos. No quisimos transitar por más de lo mismo, ni sumarnos a los partidos políticos tradicionales”.

 

Se gana los aplausos cada vez que habla. Razón no le falta  al político chiapaneco al denunciar que otros políticos tradicionales del pasado no voltearon la mirada en las comunidades rurales. Es más ni les interesa.  Y en un amplio recorrido pide a los chiapanecos trabajar, a futuro, por la transformación del Estado.

 

Pero para ello se requiere diseñar una plataforma política atractiva, con diagnósticos reales, enfocados a impulsar mayores apoyos al campo, que reactive la ganadería, agricultura, fomento al turismo, la inversión, y generar oportunidades de empleo.

 

El nuevo partido obtuvo su registro el pasado 10 de septiembre y por las estructuras que ya tiene está preparado para contender en los próximos comicios con 122 candidatos en todo el Estado en el que las mujeres tendrán un rol muy activo, pues ellas serán decisivas en este motor de cambio.

 

En esta gira por el norte de Chiapas uno entiende el porqué la gente desconfía de algunas de sus instituciones. Los pobladores de Ostuacán quedaron la última semana incomunicados, producto de las fuertes lluvias que arrasó con tramos carreteros e inundó casas. La única vía para sacar adelante ese municipio, que en ocasiones es afectado por las intensas lluvias que genera el corte imprevisto de energía eléctrica es tener mejores vías de comunicación y constante suministro energético, ya que durante días quedan a oscuras.

 

Ostuacán es una zona rica. Tiene árboles de laurel de la India y aguacates.  Está en una hoyada verde, rodeado de montañas y bosques de niebla. Es una región agrícola y ganadera pero al igual que muchos otros municipios de México sólo hay programas y políticos de “ocurrencias” que no están identificados con la gente.

 

En esta vasta zona hay falta de atención a la salud, educación, empleo, y el reclamo social es en ese orden al tiempo que se demanda mayor seguridad, mejores servicios básicos como agua y luz, mayor atención a las madres solteras, impulso al campo y turismo.

 

En el norte de Chiapas llueve esos días intensamente y eso genera un verdadero caos. Las fuertes precipitaciones dañan la carpeta asfáltica, derrumban puentes e incomunica poblados enteros. Por ello la urgencia de que los políticos vuelvan a sus inicios, analicen la agenda social y comiencen nuevamente a reconfigurar el escenario.

 

Caso contrario, en las próximas elecciones los ciudadanos les pasarán las facturas.

joseluiscastillejos@gmail.com

@JLCastillejos