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La falta de transparencia y el cinismo

Los independientes, herencia de los partidos · Ramón Verazaluce

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Escrito en OPINIÓN el

El 15 de marzo pasado, el PRI se decía indignado por la corrupción ajena; no le preocupa la ya probada en sus militantes y ex gobernadores. Para ellos esa corrupción no cuenta.

Piensan que es diferente que Ricardo Anaya esté acusado por un posible lavado de dinero, menospreciando el detalle de que la Procuraduría General de la República, que persigue al candidato por el Frente, es la misma que se desistió de ejercer acción penal en contra del ex gobernador priista de Chihuahua, César Duarte.

Además, el mismo Anaya se pronunció por más transparencia en candidaturas independientes. Sin ninguna vergüenza declaró que después de esperar a que la autoridad jurisdiccional resuelva las impugnaciones de los candidatos independientes, "se debe hacer una evaluación y, en su caso, estar abierto a una evaluación y posterior modificación legal que garantice mayor transparencia".

Qué desvergüenza la de Anaya, después de que no ha podido explicar de manera clara ninguna de las transacciones en sus negocios ni los de su familia ni las propiedades con las que cuentan.

El bronco, que decidió postularse como independiente ante su hartazgo por los partidos políticos, lo que lo llevó en un primer momento a gobernar el Estado de Nuevo León y, luego, a buscar la presidencia de la República, hoy, en tono amenazante, señala que "el INE ha despertado al México bronco", como si la autoridad electoral quisiera echarle a perder su fiesta.

Ríos Piter dijo cínicamente que "el manoseo de datos daña la credibilidad de la autoridad", en lugar de reconocer su falta de honestidad. Seguramente no debe saber que la revisión se hace de manera electrónica con sistemas auditados y personal capacitado.

Total, lo más fácil es culpar a la autoridad para debilitarla porque amenazó con pedir la revisión firma por firma de los tres candidatos, emulando a su amigo y ex compañero, sí “a ya saben quién".

Y Margarita Zavala, que alcanzó el mínimo exigido por la ley, no fue la mejor de los tres candidatos independientes, resultó la menos corrupta de los tres. Pero su pretensión de engañar a la autoridad y a la sociedad que votaría por ella, debería ser motivo suficiente para descalificarla, por su deshonestidad y falta de transparencia.

El fin justifica los medios

Igual que toda la clase política, decidieron aplicar la famosa frase “el fin justifica los medios”, con tal de conseguir que la autoridad electoral les reconociera que habían cumplido el requisito de conseguir las firmas necesarias que les dieran su registro.

Por qué no reconocen con humildad y principios éticos que sin trampas no habrían logrado presentar la cantidad de firmas requeridas. Por qué Margarita Zavala no hace gala de "su honestidad valiente", y explica todas esas 700 mil firmas que le encontraron falsas; le convendría salir bien legitimada.

No cabe duda que todos están hechos de lo mismo. Finalmente los tres independientes son extracto de los tres grandes partidos. No habría nada nuevo con ellos, pues tienen el mismo ADN, opaco y traidor.

Mejor placebo democrático, votar por un independiente

Se avizora más de lo mismo, del famoso “quítate tú para ponerme yo”. Con qué autoridad moral los tres independientes pretenden ocupar un alto cargo, es tanto como aquel que dijo "sí robé, pero robé tantito", finalmente el resultado es el mismo, no hay entrega, lealtad a principios y valores éticos, los tres gobernarían con mentiras y en interés propio.

Por más políticas de acceso a la información pública que tengamos los ciudadanos, ante esa falta de ética en cada uno de sus actos, no esperemos que los candidatos rindan cuentas satisfactorias al pueblo de México, al que le deberían tener el máximo respeto.

¿Qué es lo peor que podría pasar?

En lugar de ir al Tribunal a ver en qué les ayudan, que expliquen los mecanismos de cómo consiguieron las firmas falsas, formatos de credencial con datos que no son los oficiales y credenciales simuladas. Es mejor reconocer con vergüenza una falta, que pasar por alto la falta de principios en sus conductas.

Si tuvieran vergüenza, no deberían culpar a la autoridad electoral, que lo único que hizo fue demostrar que todos, partidos y políticos e independientes, están hechos de lo mismo, de ansia de poder, de abuso, voracidad, deslealtad, cinismo, rapacidad y una falta profunda de moralidad.

La rendición de cuentas y nuestra democracia

@RamonVerazaluce · @OpinionLSR · @lasillarota