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La economía poblacional y qué significa para ti

La economía poblacional significa poner a la persona en el centro del debate público, definiéndola como el principio o fundamento de los recursos. | Ricardo Cantú*

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La economía poblacional significa poner a la persona, como tú y como yo, en el centro del debate público, definiéndola como el principio o fundamento de los recursos, puesto que somos nosotros quienes generamos o producimos, y como el fin o destino de los mismos, ya que somos nosotros quienes los usamos o consumimos y, en su caso, los ahorramos para ser consumidos después. Bajo esa perspectiva, es el individuo quien transcurre un ciclo de vida: de niños, con demandas de educación, salud y cuidados, a adultos, con excedentes de producción laborales y de capital, y posteriormente a adultos mayores, con ahorros en activos privados y/o en pensiones o seguridad social.

En este sentido, la economía poblacional reconoce un fundamento de todas y todos: nacer, crecer y morir. Nacemos y demandamos nutrición, soporte y cuidados. Crecemos y ofrecemos nuestro trabajo y creamos familias. Finalmente, envejecemos y, en algunos casos, ahorramos para dejar legado en herencias y bienes. Por lo tanto, el cambio fundamental hacia una economía centrada en el individuo es introducir el factor tiempo a través de nuestras edades, por ejemplo, las generaciones llamadas Baby Boomers, Generación X, Y, Z, Alfa, Beta. Dicho también de otro modo: los niños, adultos y adultos mayores que estamos vivos hoy. De esta forma, podemos entender a la economía como una función compuesta de generaciones e individuos que están transitando, hoy en día, una etapa del ciclo de vida económico. Hoy, ciertos de nosotros producimos, otros de nosotros consumimos y todos transferimos.

Así, al reconocer los contratos o mecanismos sociales, explícitos o implícitos, que cada grupo de edad (niños, jóvenes, adultos y adultos mayores) transfiere a otros individuos de todas las edades, podremos concentrar los análisis en una variable que nos identifica a todos: nuestra edad. Es esta variable la que siempre cambia, pero que no puedes alterar. Todo lo demás, como la escolaridad, decil de ingreso o lugar de residencia, puede moverse o evolucionar. 

Por ejemplo, contratos sociales explícitos pueden ser el financiamiento y gasto en pensiones de trabajadores a jubilados, la disposición y pago de la deuda de las presentes a las futuras generaciones, la inversión y rendimientos de la educación de padres a hijos, principalmente, la recaudación de impuestos laborales y de impuestos al consumo de empleados a consumidores, entre otros. Del otro lado del espectro, los contratos privados implícitos caen en temas de herencias, roles de género y obligaciones con los padres, hijos y/o nietos. Todos son transferencias de recursos que se mueven de generación a generación.

Por lo tanto, ¿qué significa para ti? De ahora en adelante, las decisiones económicas de producción, consumo, transferencias y ahorro como consecuencia de vivir un ciclo de vida que acordamos todas y todos (familia y país) con nosotros mismos.

*Ricardo Cantú Calderón

Investigador asociado

Doctor en Política Pública y maestro en Economía y Política Pública por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey. Programador por pasión y micro-simulador por vocación. Sus temas de especialidad son sostenibilidad fiscal, ingresos presupuestarios, análisis de incidencia, sistema de demandas, entre otros. Ha colaborado con instituciones internacionales como Global Development Network, East-West Center y la Universidad de Harvard. Laboró en el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del 2008 al 2010, para posteriormente co-fundar el CIEP.