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La difícil posición castrense

El tema no es la falta de capacitación en derechos humanos.

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Escrito en OPINIÓN el

El director general de derechos humanos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), General José Carlos Beltrán Benítez, salió a medios a fijar la posición del instituto armado, aunque sin mencionarlo, a las críticas y señalamientos que hizo Andrés Manuel López Obrador al desempeño del ejército en el combate a la delincuencia.

 

El General señaló que el sector que representa se siente lastimada por los infundios que se han vertido, sobre presuntas violaciones a los derechos humanos. Retó a quienes tengan pruebas de violaciones a los derechos humanos, que ejerzan su derecho y las presenten ante la autoridad.

 

Por otra parte, tanto la Sedena como la Armada de México, nunca han negado que, en el desarrollo de sus operativos en coadyuvancia en seguridad con las autoridades locales y municipales, han existido excesos, pero que de ninguna manera representa la postura oficial del sector militar mexicano, a la política de derechos humanos del Gobierno Federal.

 

Prueba de ello es que en los planes de estudio de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea (Udefa) y de la Universidad Naval (Uninaval) se han introducido de manera obligatoria, las materias de derechos humanos; además su personal ha sido adiestrado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en derecho internacional humanitario, en concordancia con las Convenciones de Ginebra y demás derecho internacional, de las que México es parte.

 

Además, el plan de estudios de las Maestrías en Seguridad Nacional que imparte el Colegio de Defensa Nacional y el Centro de Estudios Superiores Navales, de la Sedena y la Armada, respectivamente, contemplan temáticas de derechos humanos.

 

No. El tema no es la falta de capacitación en derechos humanos, como pretexto para descalificar a las fuerzas armadas.

 

El objeto de las descalificaciones lleva varios destinatarios, entre ellos, descalificar a toda una institución, por el proceder de sólo unos cuantos, cuando el mismo derecho internacional humanitario establece que, están prohibidos los castigos colectivos por faltas individuales.

 

El comentario no sólo es por los dichos de Andrés Manuel López Obrador, pero es muy cómodo desacreditar una institución en la que se ha sustentado la estabilidad y seguridad del país en múltiples ocasiones, como lo son las Fuerzas Armadas.

 

Es muy redituable señalar la paja en el ojo ajeno, pero tratar de pasar inadvertido la viga en el propio. Me refiero específicamente a la ausencia de crítica de su misma clase política, en el que gobiernos de todos los signos políticos han desestimado y fracasado en ejercer la función de seguridad, y por tal motivo, invocan los servicios del Ejército y Armada mexicanos, cuando no hay voluntad de combatir a la delincuencia.

 

Es muy agradable estar frente a los micrófonos para denostar las instituciones, con la consabida retribución política que conlleva, pero sin criticar o señalar la responsabilidad de las dependencias de seguridad de Estados y Municipios.

 

No se critica a servidores públicos que se han corrompido con la delincuencia. José Luis Abarca en Iguala y Rodrigo Vallejo en Michoacán, son casos demostrados de complicidad del poder político, junto con la sospecha de altos jefes locales y municipales de la seguridad a los que no se les ha tocado ni con el pétalo de una declaración. Recientemente, un video subido a redes sociales dio cuenta de que elementos de la policía de Culiacán, estaban entregando a personas armadas presuntamente que pertenecen a una organización delictiva, un grupo de muchachos. Grave.

 

Se omite señalar que en algunas ocasiones prevalece en el diseño de políticas públicas de seguridad que realizan las policías locales y municipales, existe ignorancia, desconocimiento, dolo, mala fe, alteración de la ley y simulación en el combate a la delincuencia. Esto, por supuesto, no puede ser responsabilidad de las Fuerzas Armadas, pero electoralmente es redituable.

 

Aquellos que crean que las Fuerzas Armadas es un nicho de anarquía, en el que cada soldado o cada infante de marina tiene la plena libertad de obrar como mejor le plazca y accionar su arma a la menor provocación ciudadana; no se queden con la duda, vayan y tomen un fusil y salgan en un convoy militar en alguna carretera de Guerrero, de Michoacán, de Tamaulipas o Jalisco; salgan a defender a su país y a sus ciudadanos y aléjense de su zona de confort en la comodidad que representa descalificar a una institución, por la conducta de unos cuantos elementos.

 

Al final del día, esos elementos desleales con el país también son procesados conforme a derecho.

 

@racevesj

@OpinionLSR

 

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