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La democracia hipócrita

La máxima de que los comicios son democráticos cuando se imponen las mayorías quizás tal vez no sea ya el mejor modelo de democracia | Ismael Jiménez

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Escrito en OPINIÓN el

Modelos democráticos

Uno de los grandes retos de los países latinoamericanos, es hacer madurar sus sistemas democráticos de gobierno; el tema no es menor porque tras varias décadas de intentar consolidar gobiernos democráticos en la región, pareciera que el modelo democrático que por muchos años ha sido la aspiración de muchos gobiernos, hoy se encuentra en crisis.

La paradoja no es una preocupación única de los países latinoamericanos. También los países de primer mundo están en un proceso de crisis democrática que está haciendo pensar a los estudiosos si los modelos democráticos actuales continúan siendo vigentes en estos tiempos.

El cuestionamiento tomó fuerza luego de los resultados en la consulta del Brexit en el parlamento inglés y más recientemente, luego del triunfo de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América.

En ambos casos, se realizó un ejercicio democrático en el que de acuerdo con sus respectivos modelos se impuso la opinión e interés de “las mayorías”. Cierto, aunque el modelo democrático de los Estados Unidos está basado en votaciones representativas, el resultado de la última elección para presidente no refleja necesariamente el pensar y sentir de la mayoría de los votantes de ese país.

Elecciones México

Ante hechos como el anterior, algunos sectores de la sociedad, se han apresurado a señalar que lo anterior se explica por el ascenso de políticos populistas que captan con mucha facilidad la atención de los votantes haciéndoles creer que sólo ellos pueden resolver los rezagos que aquejan a la sociedad.

Lo cierto es que los grupos de poder se han acostumbrado a manejar la democracia como mejor lo consideran de acuerdo a sus intereses políticos y económicos. Es decir “matizan” si así lo podemos decir, los beneficios de la democracia en virtud de que los resultados de un ejercicio electoral les sean favorables.

Ante este escenario, México estará viviendo un ejercicio democrático sin precedentes por la importancia del número de votantes jóvenes que estarán influyendo en los resultados de las elecciones para elegir presidente de la República.

La incógnita que cumbre estas elecciones, es saber si en caso de ganar Andrés Manuel López Obrador la Presidencia, los grupos de poder y algunos grupos de la sociedad tendrán ellos sí, la madurez para aceptar el resultado.

La tendencia de las encuestas en los dos últimos tres meses, le otorgan al candidato de la coalición hagamos historia, una ventaja bastante amplia que en opinión de algunos, no debería de generar dudas en caso de que dicha tendencia se mantenga.

El miedo

Sin embargo, y ante dicho escenario, existen muchas voces que continúan haciendo uso de las campañas del miedo promoviendo la idea de que, en caso de ganar López Obrador, además de perderse empleos, habría un éxodo de mexicanos que abandonarían el país ante la evidente, según esas voces, venezolización del país.

Quienes promueven esa campaña de “terror”, además de provocar ignorancia, discordia y la radicalización de los mexicanos, se asumen como únicos y auténticos defensores de la democracia, pues no existe ningún otro ejercicio democrático, que el que no les otorgue la mayoría “haiga sido como haiga sido”.

Por supuesto que quienes piensan de esa manera y promueven este tipo de “democracias” no son más que demócratas hipócritas, pues el ejercicio democrático le otorga el triunfo a quien obtenga la mayoría de votos en un ejercicio electoral.

Efectivamente, López Obrador y ese movimiento que ha prevalecido y le ha acompañado por 18 años, no ha quedado satisfecho tampoco con los resultados de los últimos dos comicios presidenciales en los que ha perdido la Presidencia.

Respetar el resultado

Sin embargo, al final, se han respetado los resultados y hemos tenido por presidentes a Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto. La incógnita es saber si quienes promueven la democracia hipócrita serán lo suficientemente maduros y democráticos para respetar los resultados de los comicios presidenciales en caso de que el resultado les sea adverso, o asumirlos con integridad y respeto en caso de les favorezcan.

La máxima de que los comicios son democráticos cuando se imponen las mayorías quizás tal vez no sea ya el mejor modelo de democracia, pero las votaciones representativas como las de Estados Unidos, tampoco reflejan los preceptos de la democracia, o al menos así lo entendemos cuando nos encontramos del lado contrario del ganador.

Promovamos la campaña del miedo

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