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La cultura de fondo

La cultura es uno de los diferenciadores más grandes entre las distintas sociedades que existen en el mundo. La cultura y la identidad de un país y de una nación es aquello que lo constituye y le da esencia. No se puede repetir (y en muchas ocasiones no se puede cambiar; al menos no de inmediato). La cultura es también aquello que nos da identidad a todos y cada uno de nosotros y nos hace ser únicos e irrepetibles. Estoy seguro que mis palabras suenan a “cliché” y que se han repetido en múltiples ocasiones; no será la primera vez que alguien hable de la cultura y de todo aquello que simboliza, para qué sirve y cómo nos va formando, pero para mí es la primera vez que logro experimentarlo en carne propia y por mi propia vivencia

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Escrito en OPINIÓN el

Así ha sido el aprendizaje y mi paso por la ciudad de Washington, DC. He podido dimensionar de otra manera y entender mejor a mi país desde lejos. Debo reconocer que antes de irme a vivir a la capital estadunidense critiqué muchas cosas de México y no me percaté que, en realidad, a quien estaba criticando era a mí mismo. Pero he logrado observarlo con mucho más detenimiento ahora que vivo lejos de mi Patria. Y así he aprendido que México es mucho más rico y valioso de lo que los mexicanos creemos que es.

Una de las cosas más complicadas durante este año que llevo viviendo fuera de México ha sido comprender en su totalidad la diferencia que hay entre ambas culturas, y asimilarlo. Tratar de vivir y de acoplarse a un nuevo estilo de vida no ha sido sencillo, pero ha sido un proceso aleccionador. Y en este sentido del descubrimiento, uno de los mayores ha sido darme cuenta que, por más que yo pretenda asimilarme a la cultura de los Estados Unidos, jamás será mi país, mi idioma o mi sociedad. No entiendo – en muchas ocasiones – los chistes y las bromas o el sentido de pertenencia que ellos tienen para muchas cosas. No logro comprenderlo porque mi contenido cultural propio es totalmente diferente, es más variado y distinto. Quizá también haya que admitir que varias veces, los problemas que enfrentamos en México son mucho mayores, de mayor complejidad y de difícil solución, que no se imaginan en Estados Unidos. Hemos debido también de luchar en contra de los prejuicios en contra de los propios mexicanos (o de cualquier otro que no sea originario de la Unión Americana). La división étnica y racial sigue siendo una realidad (a veces provocada por los grupos minoritarios). Pero el hecho es que uno también debe aprender a lidiar con estos conflictos y a salir victorioso, tarea que no es fácil.

En fin, lo que quiero decir en resumidas cuentas es que después de un año de vivir en Estados Unidos, admiro muchas cosas que he aprendido en este país, pero hay otras tantas que no comparto (y no compartiré, aunque pasen muchos años de vivir aquí, cosa que tampoco creo demasiado probable). He aprendido que mi cultura y mi país me gustan y me siento orgulloso de ello. Me siento mucho más capaz de entender la realidad del mundo y de México después de haber tenido la experiencia de haberme mudado a Washington y de haber triunfado profesionalmente hablando. El triunfo es entonces personal, y por ende, cultural. El triunfo no se puede medir en dinero, en números o en acciones concretas, sino en una manera particular de ver la vida y de observar mi propia realidad.

El costo ha sido relativamente barato, puesto que la ganancia es saber de dónde vengo, dónde me he formado y hacia dónde quiero ir ahora. Me ha quedado mucho más claro que mi vocación será aplicar y poner en práctica lo que he aprendido en Washington en beneficio de mi país y de los mexicanos; me queda claro que también tengo que seguir aprendiendo porque el mundo sigue siendo muy grande y todavía no hemos alcanzado a dimensionar ni una mínima parte de las muchas visiones de la realidad que hay por allí y faltan muchos países por conocer.

El camino es largo, el aprendizaje no ha sido fácil, pero al final del día estoy seguro que ha valido la pena. Precisamente por esto los viajes y las mudanzas son buenas para los seres humanos; nos ayudan a poner en perspectiva muchas cosas que creemos, otras que no sabemos todavía, pero sobretodo nos ayudan a descubrirnos a nosotros mismos y nuestra propia vocación. Aunado a muchas otras cosas que se me vienen a la mente ahora, Washington ha sido uno de los factores que han contribuido en mi formación y en esta manera de afrontar mi propia realidad.

@fedeling