El neoliberalismo dejó una clase media prácticamente desaparecida, grandes desigualdades entre ricos y pobres, precarización laboral, vulnerabilidad económica, deterioro en los niveles de ingresos, una brutal corrupción con un costo social muy alto: más delincuencia, más desempleo, y una extrema pobreza.
Hoy, con el nuevo gobierno, las cosas están cambiando y se irán revirtiendo no solo en México sino en América Latina. Estamos emprendiendo un camino diferente al del desastre neoliberal fundado en una corriente política, y económica capitalista.
La derecha en Latinoamérica se desgasta. Hay una gran necesidad de que la política se modifique; en este contexto, “México se trasforma, Chile despierta, Ecuador lucha, Bolivia se reafirma, Argentina gana. Todo indica que el neoliberalismo nunca más”, leemos en redes sociales.
Las grandes revueltas populares, el levantamiento popular en Chile, la crisis política en Bolivia y la reelección por cuarta vez de Evo Morales, y las recientes movilizaciones en Ecuador contra el aumento del combustible, son muestra de una región convulsionada que propone repensar la política bajo fórmulas distintas, hasta que los pueblos se aseguren de que se gobierna para ellos y no para un puñado.
“Las recientes protestas en Ecuador, que pusieron en jaque al gobierno de Moreno, los comicios en Bolivia, Argentina y Uruguay, han comenzado a cambiar la balanza de las fuerzas en la región latinoamericana donde han predominado los gobiernos de centro derecha. El pronóstico para la nueva jornada electoral en América Latina pone como ganadores a los partidos y fuerzas de la izquierda”. comenta Adriana Perea, analista política.
En este marco, Bogotá eligió ayer domingo a su primera alcaldesa, la centroizquierdista Claudia López, figura anticorrupción en los comicios locales más pacíficos que se han disputado en años en Colombia. A partir del 1 de enero, de 2020 se pondrá al frente de una capital agobiada por una alta percepción de inseguridad.
El fin del gobierno de Álvaro Uribe Vélez es palpable, ayer perdió en Bogotá, Cali, Medellín, Santa Marta, Cúcuta, Manizales, Montería, Boyacá, César, Córdoba, Caquetá, Bucaramanga.
La victoria de Claudia López abre una nueva etapa en un país históricamente gobernado por hombres de las élites conservadora y liberal.
En tanto, en Argentina se derrumba el experimento neoliberal de Macri que está implicado en cuatro casos de corrupción, por supuestamente beneficiar a empresas familiares con contratos públicos durante su administración.
El opositor Alberto Fernández, virtual presidente electo de Argentina obtuvo durante las elecciones primarias 43.83 por ciento de los votos contra 40.66 por ciento del conservador Macri que afronta el descontento social por las promesas incumplidas de reducir la pobreza y la inflación, así como de reactivar la economía. Fernández gana en primera vuelta y Macri pierde la reelección a presidente de Argentina.
“Las protestas en la región son por hartazgo social. La política neoliberal benefició solo a una minoría; es tiempo de cambiar el modelo económico que se impuso durante décadas en los gobiernos de América Latina y del mundo, y que empobreció a millones de personas, el modelo neoliberal al servicio de grupos de intereses privados ha resultado un fracaso, y está agotado”, refirió en días recientes el presidente López Obrador.
El primero de julio de 2018 los mexicanos optamos por la instauración de un nuevo gobierno con un modelo de desarrollo basado en el combate a la corrupción y la monumental inequidad social que surgió del modelo neoliberal que lanzó a la pobreza a 53 millones de personas, mientras el 43 por ciento de la riqueza es acaparada por el 1 por ciento de la población.
Las piezas en el tablero comienzan a moverse, y cada bando tratará de usarlas de forma efectiva para dar mate al rey rival. El modelo económico de las derechas neoliberalistas terminará colapsado.
El domingo, la Cuarta Trasformación demostró que la Fórmula 1 se puede hacer con recursos de la iniciativa privada, sin necesidad de invertir el dinero del pueblo, dinero del erario que no se recuperaba.